La organización terrorista Hezbolá, con base en Líbano, ha criticado la decisión del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, de imponer nuevas sanciones a la industria metalúrgica de Irán, calificándolas de “injustificadas”.
Un comunicado emitido el jueves por el grupo terrorista mencionó que el movimiento de Trump contra la República Islámica revela la “tendencia tiránica y dictatorial” de la administración estadounidense.
Hezbolá, cuyo principal objetivo es la destrucción de Israel, está armado y financiado por Irán, y además de tener representantes en el gabinete y el parlamento del Líbano, ha estado bajo las sanciones de los Estados Unidos durante muchos años.
La declaración del jueves expresó que las sanciones unilaterales de Estados Unidos no respetan las leyes internacionales y que Washington “se comporta de acuerdo con la ley de la jungla” y que “Irán tenía el poder para defenderse”.
os comentarios se produjeron un día después de que el presidente de los EE. UU., Donald Trump, apretara más los tornillos a Irán con sanciones a su industria minera en respuesta a un frustrado Teherán, que dijo que suspendería algunas promesas que hizo bajo un acuerdo nuclear de 2015 rechazado por Washington.
La decisión del presidente Trump de presionar más a Irán con sanciones a su industria minera fue tomada casi en simultáneo a las declaraciones del presidente iraní, Hassan Rouhani, quién dijo que la República Islámica suspendería algunas promesas que hizo bajo el Acuerdo Nuclear firmado en 2015, una medida que apunta en gran medida a presionar a los aliados europeos de Washington para que intensifiquen el acuerdo y cumplan las demandas económicas del régimen islamista
Teherán dijo que abandonaría aún más las restricciones si las partes restantes del acuerdo, Gran Bretaña, China, Francia, Alemania y Rusia, no pudieran comenzar a cumplir sus compromisos de alivio de sanciones dentro de los 60 días.
Rouhani dijo que el ultimátum estaba destinado a rescatar el acuerdo nuclear de Trump, cuyas sanciones causaron graves dolores en Irán, que había anticipado un auge económico del acuerdo negociado por el entonces presidente de Estados Unidos, Barack Obama.
Rouhani denunció a los países europeos por ver a Estados Unidos como el «sheriff» del mundo y dijo que su posición les impedía tomar “decisiones firmes para sus propios intereses nacionales”.