Un informe de fuentes cercanas al Consejo Supremo de Seguridad Nacional de Irán afirma que un submarino israelí Dolphin entró en el Mar Rojo a través del Canal de Suez el pasado miércoles, acompañado de dos acorazados.
En las últimas semanas se han multiplicado los incidentes de ataques hostiles a buques en el Golfo Pérsico, cuyo punto álgido fue el ataque al buque MErcer Street que causó la muerte de dos personas, y el secuestro de un petrolero la semana pasada. La Unión Europea anunció ayer que Irán estaba detrás del ataque al buque Mercer Street, según el comunicado, «tales acciones temerarias y unilaterales, que se llevan a cabo en violación del derecho internacional y amenazan la paz internacional, son inaceptables y deben cesar».
El viernes pasado, las siete naciones industrializadas (el G7) emitieron una declaración similar, en la que afirmaban que «todas las pruebas afirman inequívocamente que se trata de Irán». A principios de la semana pasada, Gran Bretaña y Estados Unidos también acusaron a Irán de atacar el barco.
Durante el fin de semana, el Mando Central de Estados Unidos reveló fotos del vehículo aéreo no tripulado que explotó en un petrolero bajo control israelí en el Golfo de Omán la semana pasada. El mando determinó que, basándose en los hallazgos, se trataba sin duda de una aeronave iraní. En la investigación participaron expertos en explosivos de Israel y Gran Bretaña.