Los inspectores del OIEA descubrieron nuevas pruebas que indican que Irán está llevando a cabo actividades nucleares no declaradas, informó el viernes The Wall Street Journal citando a tres diplomáticos. Las pruebas ponen en duda el alcance de los planes nucleares de Irán, según el periódico.
El ministro de Energía, Yuval Steinitz, dijo el martes que Irán tardaría unos seis meses en producir suficiente material fisible para una sola arma nuclear.
Las muestras tomadas en dos lugares durante las inspecciones realizadas en otoño por el Organismo Internacional de Energía Atómica de la ONU contenían rastros de material radiactivo, dijeron los diplomáticos, lo que podría indicar que Irán ha emprendido trabajos de armamento nuclear, según el lugar donde se encontró.
“Las muestras tomadas en dos lugares durante las inspecciones realizadas en otoño por el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) de la ONU contenían rastros de material radiactivo”, dice el informe, citando a diplomáticos informados sobre el descubrimiento.
Aunque los diplomáticos dijeron que desconocían la naturaleza exacta de lo encontrado, el descubrimiento plantea nuevos interrogantes sobre el alcance de las ambiciones nucleares de Irán, añadió.
Teherán ha afirmado en repetidas ocasiones que su programa nuclear tiene fines pacíficos, como la generación de energía, pero ha impedido que los inspectores del OIEA comprueben las instalaciones sospechosas.
Ha aumentado sus actividades nucleares después de que el expresidente estadounidense Donald Trump sacara a su país del acuerdo nuclear de 2015 que Irán firmó con Estados Unidos, la Unión Europea, Rusia y China.
Las ambiciones nucleares de Irán cuentan con la oposición de sus vecinos árabes, así como de Israel, citando su historial como generador de problemas. El régimen de los mulás de Irán ha sido acusado de apoyar a milicias islamistas como los Hutíes en Yemen, el Hezbolá en Líbano y otras en Irak y a Hamás en Gaza.
Las últimas estimaciones trimestrales del organismo de control nuclear de la ONU en noviembre muestran que las existencias de uranio enriquecido de Irán habían aumentado a 2,4 toneladas, más de 10 veces la cantidad permitida por el acuerdo, pero todavía una fracción de las más de ocho toneladas que tenía antes.
Desde entonces, Irán ha empezado a enriquecer uranio con mayor pureza, volviendo al 20% que alcanzaba antes del acuerdo desde un máximo anterior del 4,5%. El acuerdo establece un límite del 3,67%, muy por debajo del 90% que es apto para armas.