Un alto mando de la inteligencia iraní ha responsabilizado a Israel, junto con otros 19 países, incluyendo a Estados Unidos y Francia, de impulsar las protestas nacionales surgidas tras la muerte de Mahsa Amini, la joven kurda-iraní, el pasado año.
Reacciones tras la muerte de Mahsa Amini
Las movilizaciones brotaron tras la muerte de Amini, de 22 años, quien murió bajo custodia el 16 de septiembre, después de ser detenida por transgredir el estricto código de vestimenta femenino en Irán.
Este incidente desencadenó una ola de protestas, durante las cuales cientos de personas perdieron la vida, incluyendo numerosos miembros del personal de seguridad.
Asimismo, miles fueron arrestados en lo que las autoridades han definido como “disturbios”.
Acusaciones por parte de la inteligencia iraní
El general Mohammad Kazemi, jefe de los servicios de inteligencia del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (CGRI), manifestó que aproximadamente 20 países estuvieron involucrados en estos desórdenes.
Entre los mencionados por Kazemi se encuentran Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Alemania, Canadá, Bélgica, Italia y el archirrival de Irán, Israel.
Estas declaraciones provienen de extractos de una entrevista difundida por medios estatales.
Las relaciones de Irán con el exterior
Kazemi también señaló que Arabia Saudí, que recientemente ha reanudado lazos diplomáticos con Irán después de siete años, y los Emiratos Árabes Unidos, también habían estado implicados.
Muchos de los países citados por Kazemi habían manifestado públicamente su apoyo a las protestas e impuesto sanciones a Irán y a sus fuerzas de seguridad en respuesta a la represión de los manifestantes.
Alegaciones contra servicios de inteligencia extranjeros
Además, el jefe de inteligencia iraní sostuvo que las agencias de inteligencia de los Emiratos Árabes Unidos e Israel mantenían “reuniones regulares en un país árabe para respaldar los problemas” en Irán.
Añadió que diplomáticos franceses en Teherán “recogieron información sobre el terreno en relación con los disturbios y las fuerzas de seguridad [iraníes]”.
Estados Unidos, Gran Bretaña y la Unión Europea han impuesto diversas rondas de sanciones a Irán como reacción a su respuesta ante las protestas.