Según un estudio confidencial del OIEA revisado por Reuters el lunes, Irán ha duplicado el número de centrifugadoras avanzadas de enriquecimiento de uranio que posee y planea añadir más máquinas, ampliando rápidamente su capacidad de enriquecimiento.
El acuerdo nuclear de 2015 entre Irán y la comunidad internacional prohibía los dispositivos recién instalados, situados en el complejo de enriquecimiento subterráneo de Natanz.
Desde que el entonces presidente estadounidense, Donald Trump, sacó a Estados Unidos del destrozado acuerdo en 2018, se han hecho esfuerzos por reactivarlo. El acuerdo redujo las sanciones internacionales a cambio de una severa restricción de las actividades nucleares de Irán.
El último informe sirvió de actualización tras la evaluación de septiembre de una visita de los inspectores del OIEA a finales de agosto. Según el boletín, Irán ha terminado de instalar desde entonces siete cascadas de centrifugadoras.
El OIEA descubrió que las seis máquinas IR-2m y un dispositivo IR-4 aún no están enriqueciendo uranio.
Además, Irán ha informado al OIEA de que tiene previsto ampliar su instalación de Natanz con tres cascadas más de centrifugadoras IR-2m. Actualmente hay 12 de estas cascadas en la instalación, cada una de las cuales consta de múltiples centrifugadoras acopladas que concentran uranio. Dos de las cascadas ya están en construcción.
Otra novedad, según la fuente, es que en lugar de ser alimentadas con gas de hexafluoruro de uranio (UF6) enriquecido al cinco por ciento, las centrifugadoras de Natanz se alimentan ahora con UF6 natural. Según el OIEA, los dispositivos se cargaban con UF6 enriquecido hasta un 2 %, en septiembre. Según Reuters, el informe más reciente omitió aclarar por qué se hizo el ajuste.
Rafael Grossi, el director del OIEA, reveló la semana pasada que había hablado con el jefe de la agencia nuclear iraní durante los esfuerzos fallidos para resucitar el Plan de Acción Integral Conjunto, el nombre oficial del acuerdo nuclear.
Las dos partes hablaron finalmente cara a cara en Viena tras meses de conflicto.
El 26 de septiembre, Grossi tuiteó: “Se ha reanudado el diálogo con Irán para aclarar los problemas de salvaguardias no resueltos”.
Subió una foto de los dos hombres dándose la mano y afirmó haberse reunido con el jefe nuclear de Irán, Mohammad Eslami, fuera de la reunión anual del OIEA.
Como resultado de la presión ejercida por el organismo de control de la ONU sobre Irán para que responda a las preguntas sobre la existencia de material nuclear en tres lugares no declarados, la junta de gobernadores del OIEA aprobó en junio una resolución en la que denunciaba a Irán.
Antes de la conferencia, Grossi informó a Irán de que su organización seguirá investigando los emplazamientos no declarados, indicando que los esfuerzos de las potencias occidentales y de Irán por reanudar el acuerdo nuclear se verían frustrados por el problema.
Eslami también dio a entender que Irán no estaba dispuesto a hacer concesiones, afirmando que la investigación se basaba en “información falsa e infundada”.