El Servicio de Seguridad de Suecia reveló en su informe de inteligencia de 2020 que la República Islámica de Irán busca tecnología sueca para su programa de armas nucleares, según puede revelar The Jerusalén Post.
Irán, China y Rusia son las mayores amenazas para la seguridad de Suecia, según el informe.
Una sección condenatoria afirma que “Irán también lleva a cabo espionaje industrial, que se dirige principalmente contra la industria sueca de alta tecnología y los productos suecos, que pueden ser utilizados en los programas de armas nucleares. Irán está invirtiendo grandes recursos en este ámbito y algunos de ellos se utilizan en Suecia”.
Las revelaciones sobre las actividades ilícitas de adquisición de armas nucleares de Irán en Suecia se producen tras un documento de la inteligencia alemana, que declaró la semana pasada que el régimen de Irán no ha cesado en su empeño de obtener armas de destrucción masiva durante el año 2020.
Los documentos de los servicios de inteligencia suecos y alemanes podrían añadir nuevas pegas a los cálculos de EE.UU. para reincorporarse al Plan de Acción Integral Conjunto, el nombre formal del acuerdo nuclear con Irán.
Estados Unidos está negociando indirectamente con el régimen iraní en Viena la reincorporación al acuerdo, que permite al régimen iraní, según los críticos, enriquecer uranio para un arma atómica en un plazo de diez años.
Las conclusiones de los servicios de inteligencia alemanes y suecos establecen que el régimen de Irán sigue buscando un programa de armas nucleares. El JCPOA es solo una restricción temporal en el impulso de la República Islámica para unirse al club de naciones con armas nucleares, argumentan los críticos del acuerdo de 2015.
La administración Trump se retiró del JCPOA de 2015 en 2018 porque, según dijo el gobierno estadounidense en ese momento, el acuerdo nuclear no impedía que el régimen de Irán desarrollara un arma nuclear.
“Varios países participan en diversas formas de espionaje y actividades que amenazan la seguridad de Suecia. Rusia, China e Irán constituyen la mayor amenaza”, escribió el Servicio de Seguridad Sueco (en sueco: Säkerhetspolisen).
El informe de inteligencia añadía que los regímenes “pretenden reforzar el estatus económico, político y la superpotencia militar de su país”.
El documento, de 88 páginas, afirma que Teherán se dedica principalmente a la observación de los refugiados y disidentes iraníes considerados como una amenaza para el régimen clerical, y realiza espionaje industrial contra Suecia.
El régimen iraní utiliza su aparato de inteligencia para realizar espionaje, apuntando a disidentes en Suecia y a la industria sueca.
En la sección titulada “Irán”, la agencia de inteligencia sueca escribe que el régimen iraní traza un mapa de los críticos del régimen con respecto a los grupos de la oposición en Suecia que la República Islámica considera que “desestabilizan” el régimen clerical.
El régimen iraní busca información en las universidades y colegios suecos y hay esfuerzos para reclutar personal de la comunidad investigadora de Suecia.
El Post informó en 2012 que el gobierno sueco trató de bloquear las fuertes sanciones de la UE sobre el régimen de Irán con el fin de proteger un acuerdo comercial entre el gigante sueco de las telecomunicaciones Ericsson y Teherán.
El entonces ministro sueco de Asuntos Exteriores, Carl Bildt, que durante mucho tiempo ha defendido la diplomacia por encima de las sanciones como método para tratar con regímenes totalitarios como Irán y Siria, hizo todo lo posible para evitar que la UE obligara a Ericsson a suspender sus contratos con el régimen de Siria, según un informe publicado en otro periódico israelí en 2012.
Según el periódico, diplomáticos israelíes, citando a sus homólogos diplomáticos europeos, cuestionaron que Bildt tuviera “intereses personales” en Irán que impidieran su capacidad para avanzar en las sanciones.