Las conversaciones nucleares de Viena parecen un flashback. La administración estadounidense está de nuevo ansiosa por unirse al peligroso acuerdo nuclear con Irán, e Israel se ve obligado a librar una batalla de retaguardia en solitario.
Parece que Washington volverá a unirse al Plan de Acción Integral Conjunto, o JCPOA, en su forma original, sin ningún cambio o adición a la forma en que fue redactado en 2015 durante la administración de Obama.
Irán está jugando un juego sofisticado y está ganando. Desde que se cerró el acuerdo de 2015, el régimen islamista no solo ha enriquecido uranio hasta un asombroso nivel de pureza del 60 por ciento, sino que amenaza con llegar al 90 por ciento a menos que Estados Unidos vuelva a cumplir el acuerdo tal y como está.
Y en lugar de actuar para impedir que el régimen islamista cree una bomba nuclear en las próximas décadas, en lugar de establecer una supervisión adecuada de los emplazamientos nucleares de Irán y obligar a Teherán a dejar de apoyar el terrorismo en Oriente Medio, Estados Unidos está cediendo.
No cabe duda de que intentar resolver la cuestión iraní por medios diplomáticos es un enfoque legítimo. Sin embargo, esas negociaciones deben llevarse a cabo desde una posición de fuerza.
La administración Trump aumentó la presión sobre Teherán y aplicó sanciones a su economía. Estados Unidos es la gran superpotencia del mundo. Debe ser la parte dominante en las negociaciones.
Israel está en contacto con Washington, tratando de argumentar en contra de la reincorporación de Estados Unidos al acuerdo nuclear. Sin embargo, parece que los estadounidenses están decididos a reincorporarse al mismo. Esa es mi impresión tras hablar con diplomáticos de Estados Unidos y Europa.
Mientras tanto, Israel está utilizando otros medios para impedir que Irán desarrolle armas nucleares. Esto es algo que Israel hace continuamente y seguirá haciendo mientras persista la amenaza nuclear iraní.
Si Estados Unidos se reincorpora al acuerdo nuclear, no podemos dejar que nos disuada. Cuando el mundo abrazó a Irán en 2015, Israel se mantuvo firme y advirtió del peligro inminente y de que el gobierno de Teherán era un lobo con piel de cordero.
Al igual que hicimos entonces, también debemos asumir ahora el deber de defender la verdad. No dudaremos en decir al mundo que el acuerdo nuclear iraní es una amenaza no solo para Israel sino para el mundo entero. El Estado judío, por su parte, hará lo necesario para proteger a sus ciudadanos.
El embajador Danny Danon fue el 17º representante permanente de Israel ante las Naciones Unidas, ministro de Ciencia y Tecnología y viceministro de Defensa. Actualmente es presidente del Likud Mundial.