Con récords de temperatura, ríos y lagos que se secan, e insostenibles sequías, la crisis hídrica en Irán acelera la desertificación del territorio.
Desertificación en Irán: una realidad en aumento
La tasa de desertificación en Irán es alarmante, con alrededor de un millón de hectáreas de terreno volviéndose inhabitables cada año. Este fenómeno se está expandiendo a un ritmo alarmante, comparable al tamaño de la provincia de Qom o del país de Líbano.
Las autoridades iraníes están luchando para controlar la situación, ya que hasta el 90 % del país es árido o semiárido. La lucha contra el tiempo para evitar una crisis existencial y la posible migración masiva de la población es una realidad palpable.
Este mes, se vivieron las señales de advertencia: las temperaturas en el suroeste de Irán alcanzaron los 66.7 grados Celsius (152 grados Fahrenheit), superando los límites tolerables para la vida humana.
Crisis del agua en Irán: fallas en los esfuerzos de mitigación
La escasez de agua en Irán y los esfuerzos fallidos de Teherán para remediarla son conocidos. Grandes proyectos de construcción de presas y riego han contribuido al agotamiento de los ríos y acuíferos subterráneos, intensificando el problema.
La escasez de agua ha provocado conflictos con los estados vecinos y protestas contra el gobierno en las zonas más afectadas de Irán. El deterioro del suelo ha contribuido al aumento de tormentas de polvo y arena, agravando la ya perjudicial contaminación del aire en Irán.
La pérdida de tierras aptas para la agricultura amenaza los medios de vida y provoca una migración interna de las zonas rurales a las urbanas, lo que podría desencadenar un conjunto de problemas relacionados.
Peligro de éxodo masivo en Irán
Con la escasez de agua y la desertificación, volviendo cada vez más territorio inhabitable, se teme que un gran segmento de la población pueda no tener otra opción que abandonar el país por completo. Esta es posiblemente la mayor problemática política que enfrenta Irán.
La situación hídrica ha sido descrita como una “gran crisis social” y se prevé que pueda impulsar la migración y cambiar significativamente la cara de Irán en cinco años, llevando al “desastre”.
A pesar de que ese plazo ha pasado, las predicciones desalentadoras y las políticas fallidas continúan. Irán sigue siendo uno de los países más estresados por el agua en el mundo, y figura constantemente en la lista de países donde la escasez de agua podría llevar a conflictos.
Iniciativas de Irán para combatir la desertificación
Irán ha lanzado varias iniciativas para combatir la desertificación, que incluyen gestión de tormentas de arena y polvo con países de la región, restauración de suelos degradados y reforestación, y la mejora de la coordinación entre sus diversos organismos medioambientales.
El país es signatario de la Convención de las Naciones Unidas para Combatir la Desertificación, participa en los esfuerzos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura para minimizar los efectos de las tormentas de arena y polvo, e intenta abordar las preocupaciones medioambientales en su plan de desarrollo quinquenal.
Desafortunadamente, estas medidas han sido eclipsadas por las consecuencias de la crónica mala gestión ambiental y la corrupción. La continuación de proyectos de infraestructura hidráulica mal concebidos y la sobreexplotación de los recursos de agua subterránea agravan la crisis hídrica de Irán, lo que probablemente contribuirá a aumentar las amenazas de desertificación sin mejoras sustanciales en la gestión del agua del país.