Irán ha comenzado a utilizar centrifugadoras avanzadas para enriquecer uranio en las instalaciones subterráneas de Fordo, según un informe del Organismo Internacional de Energía Atómica obtenido el sábado por los medios de comunicación internacionales.
Las nuevas máquinas mencionadas en el documento confidencial obtenido por Reuters han sido objeto de preocupación entre los Estados occidentales, ya que facilitan a los iraníes el cambio de niveles de enriquecimiento.
Irán ha dicho al OIEA que solo planea alcanzar el 20 % de enriquecimiento con las centrifugadoras mejoradas, por debajo del 90 % necesario para un arma nuclear.
El informe se produjo en medio del estancamiento de los esfuerzos de las potencias occidentales por forjar un acuerdo con Irán que imponga restricciones al programa nuclear de la República Islámica y evite que pueda convertir el material en un arma.
Irán ha mantenido conversaciones directas con el resto de las partes del acuerdo, e indirectas con EE. UU., desde el pasado mes de abril, en un intento de restablecer el anterior acuerdo firmado en 2015, pero esas negociaciones están estancadas desde marzo.
Estados Unidos acusó la semana pasada a Irán de plantear en la mesa de negociaciones exigencias “totalmente ajenas” a su programa nuclear, una afirmación que fue negada por Teherán.
Entre las diferencias entre Teherán y Washington destaca la exigencia iraní de que su Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica sea eliminado de la lista de organizaciones terroristas de Estados Unidos.

“No tenemos ninguna exigencia que vaya más allá del acuerdo nuclear, en contra de ciertas afirmaciones de la parte estadounidense en los medios de comunicación”, dijo el ministro iraní de Asuntos Exteriores, Hossein Amir-Abdollahian, a los periodistas en Teherán.
En una reunión con el presidente francés, Emmanuel Macron, el martes, el primer ministro Yair Lapid subrayó a los periodistas israelíes la necesidad de una “amenaza militar creíble” contra Irán para asegurar que firmarían un acuerdo aceptable para Israel.
También hay una creciente aceptación, afirmó el primer ministro, de que no habrá una vuelta al Plan de Acción Integral Conjunto de 2015.
Estados Unidos abandonó el anterior acuerdo nuclear con Irán en 2018 bajo el mandato del entonces presidente estadounidense, Donald Trump, que procedió a reimponer mordaces sanciones a Teherán, tras la revelación del archivo secreto sustraído de Irán por el Mossad.
El gobierno de Israel se opuso ferozmente al JCPOA, por considerar que no se podía confiar en que Irán se adhiriera al acuerdo.