Irán realizó una prueba suborbital con uno de sus cohetes portadores de satélites, según informaron medios estatales el lunes. Se trata del primer ensayo de este tipo desde el cese de hostilidades posterior a la guerra de 12 días con Israel en junio, durante la cual Estados Unidos bombardeó instalaciones vinculadas al programa nuclear iraní.
La prueba corresponde al programa espacial que, según gobiernos occidentales, contribuye al desarrollo de misiles balísticos. Este programa, junto con las capacidades nucleares de Irán, ha sido un objetivo persistente de los ataques israelíes. La agencia estatal IRNA informó que el lanzamiento del portador Ghased buscó “evaluar algunas nuevas tecnologías emergentes en la industria espacial del país”.
El reporte indicó que los resultados servirán para perfeccionar los sistemas satelitales iraníes, aunque no especificó el lugar ni detalles técnicos del lanzamiento. Irán lanza ocasionalmente cohetes con fines espaciales. En septiembre, envió un satélite con un cohete construido por la Guardia Revolucionaria. El modelo Ghased, con propulsión combinada de combustible sólido y líquido, fue empleado por primera vez en 2020 para poner en órbita un satélite militar.
El 13 de junio, Israel ejecutó ataques sorpresa contra instalaciones nucleares y de misiles balísticos iraníes, lo que desencadenó la guerra. Estados Unidos se incorporó después a la ofensiva. Israel afirmó que la operación apuntó a líderes militares, científicos nucleares, centros de enriquecimiento de uranio y el programa de misiles, y sostuvo que su objetivo era impedir que Irán concretara su amenaza de eliminar al Estado judío.
Aunque Teherán ha negado tener intenciones de adquirir armas nucleares, ha enriquecido uranio sin aplicaciones civiles, ha limitado el acceso de inspectores internacionales y ha ampliado su capacidad balística. Según Israel, Irán adoptó medidas recientes hacia la fabricación de armamento nuclear.
El ministro de Relaciones Exteriores de Irán, Abbas Araghchi, afirmó que el país no abandonará su programa nuclear, a pesar de los daños causados por los ataques estadounidenses del mes pasado. Confirmó que el enriquecimiento se encuentra suspendido por los efectos de los bombardeos, pero insistió en que el país no renunciará a esta capacidad, la cual atribuyó a los logros de científicos iraníes.
Araghchi sostuvo que cualquier acuerdo futuro deberá reconocer el derecho al enriquecimiento. Consultado sobre si se preservó uranio enriquecido tras los ataques, respondió que no dispone de información detallada, aunque la Organización de Energía Atómica de Irán se encuentra evaluando el estado del material.
El 22 de junio, Estados Unidos bombardeó tres instalaciones nucleares iraníes, entre ellas el complejo subterráneo de Fordo, al sur de Teherán, en apoyo a la operación israelí. El presidente Donald Trump calificó los ataques como un éxito y rechazó reportes de medios que citaban evaluaciones menos concluyentes de la inteligencia estadounidense.
Araghchi confirmó en declaraciones a Fox News que “las instalaciones han sido destruidas” y que “están severamente destruidas”, aunque recalcó que el conocimiento técnico y el programa no dependen de tecnologías extranjeras. Añadió que “no hay solución militar para esta disputa”.
Trump respondió a sus declaraciones mediante una publicación en Truth Social: “Tal como dije, ¡y lo volveremos a hacer, si es necesario!”. Las afirmaciones de Araghchi coinciden con la convocatoria a nuevas conversaciones entre Irán, Alemania, Francia y Reino Unido el viernes en Estambul, centradas en el programa nuclear.
Respecto a negociaciones con Estados Unidos, Araghchi declaró que están dispuestos a dialogar, pero no de forma directa por el momento. Añadió que Irán está abierto a tomar medidas para generar confianza, a cambio del levantamiento de sanciones por parte de Washington.
El canciller también aseguró que Irán continuará fabricando misiles. Pese a las ofensivas israelíes y a los lanzamientos previos, afirmó que el país mantiene un arsenal suficiente para su defensa. Consultado sobre la salud del líder supremo, el ayatolá Alí Jamenei, indicó que lo vio en buen estado ese mismo día.
Las autoridades iraníes informaron que más de 1.000 personas murieron en Irán durante la guerra. Como represalia, Irán lanzó más de 500 misiles balísticos y aproximadamente 1.100 drones contra Israel, lo que causó la muerte de 29 personas y dejó más de 3.000 heridos, según datos de hospitales israelíes. Irán también atacó una base estadounidense en Qatar en respuesta a los bombardeos de Washington.