Los líderes de Irán y sus aliados se están preparando ante lo que consideran un escenario devastador derivado de las próximas elecciones presidenciales en Estados Unidos: el posible retorno de Donald Trump al poder.
Las encuestas actuales reflejan una ajustada disputa entre el expresidente republicano Trump y la vicepresidenta demócrata Kamala Harris, pero las autoridades iraníes y sus aliados en Líbano, Irak y Yemen temen que una victoria de Trump el 5 de noviembre desencadene una serie de complicaciones.
La mayor inquietud de Irán radica en que Trump pueda dar luz verde al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, para atacar instalaciones nucleares iraníes, realizar asesinatos selectivos y reactivar su “política de máxima presión”, incrementando las sanciones contra la industria petrolera de Irán, según afirmaciones de funcionarios de Irán, el mundo árabe y países occidentales.
Se anticipa que, de regresar a la Casa Blanca, Trump, quien ya ocupó la presidencia entre 2017 y 2021, ejercería una presión máxima sobre el líder supremo iraní, el ayatolá Ali Jamenei, para forzarlo a aceptar un acuerdo sobre la contención nuclear en los términos que él y el gobierno israelí estipulen.
Este posible cambio en la administración estadounidense podría tener consecuencias profundas sobre el equilibrio de poder en Medio Oriente, además de afectar la política exterior y la economía de Irán a largo plazo.
Los expertos aseguran que, sin importar si Harris o Trump lideran el próximo gobierno de Estados Unidos, Irán ya ha perdido gran parte de la influencia que una vez tuvo, en buena medida como resultado de la ofensiva militar de Israel durante el último año, que ha debilitado a los grupos armados que actúan como sus representantes, incluidos los terroristas de Hamás en Gaza y Hezbolá en el Líbano.
No obstante, se considera que la postura de Trump sería más perjudicial para los intereses iraníes debido a su apoyo incondicional a Israel, según analistas.
“Trump impondrá condiciones extremadamente duras a Irán o permitirá a Israel realizar ataques selectivos contra sus instalaciones nucleares. Su respaldo a la acción militar contra Irán es total”, afirmó Abdelaziz al-Sagher, director del Gulf Research Center. “El sueño de Netanyahu es ver a Trump de nuevo en la Casa Blanca”, aseguró en declaraciones a Reuters.
Irán se prepara ante posible victoria de Trump y teme sanciones paralizantes
Un alto funcionario iraní, que pidió mantenerse en el anonimato, declaró a Reuters que Teherán está “preparado para todos los escenarios”. Según sus palabras, “[durante décadas] hemos encontrado continuamente formas de exportar petróleo, sorteando las severas sanciones de Estados Unidos… y hemos reforzado nuestros lazos con el resto del mundo sin importar quién ocupara la Casa Blanca”.
Sin embargo, otro funcionario iraní describió una posible victoria de Trump como “una pesadilla”. Explicó que esto “incrementará la presión sobre Irán para satisfacer a Israel… [y] garantizar que las sanciones petroleras se apliquen de manera completa. Si eso ocurre, [nuestro] establecimiento quedará paralizado económicamente”.
Durante un discurso electoral en octubre, Trump afirmó que no tenía intenciones de ir a la guerra con Irán, pero señaló que Israel debería “atacar primero el arma nuclear iraní y preocuparse por el resto después”, refiriéndose al ataque masivo con misiles balísticos que Irán lanzó contra Israel el 1 de octubre.
Como respuesta, Israel llevó a cabo una serie de represalias el 26 de octubre, con ataques aéreos dirigidos contra objetivos militares iraníes, en particular instalaciones de producción de misiles.
Los expertos coinciden en que las opciones de Irán frente a este posible escenario son limitadas.
“La realidad es que Trump apoyará a Netanyahu y le dará vía libre para actuar como desee”, comentó Hassan Hassan, investigador especializado en grupos islámicos. “Trump es mucho peor [que Harris] para Irán”, concluyó.
Reelección de Trump sería un desafío crucial para Irán y Jamenei
Hassan destacó que Washington ha delegado una parte importante de la responsabilidad en la guerra con Irán y sus aliados a Israel, posicionándolo al frente de esta confrontación. “Estados Unidos está lo suficientemente implicado como para respaldar a Israel, tal vez incluso más que antes”, añadió.
“En esta ocasión, la situación es verdaderamente crítica para Irán. Tanto republicanos como demócratas ven a Irán como un problema”, afirmó Hassan.
Durante su campaña, Kamala Harris describió a Irán como una fuerza “peligrosa” y “desestabilizadora” en Medio Oriente, asegurando que Estados Unidos está comprometido con la seguridad de Israel. También destacó que su país colaborará con sus aliados para detener el “comportamiento agresivo” de Irán.
Sin embargo, la reelección de Trump representaría un “cáliz envenenado” para el líder supremo iraní, el ayatolá Ali Jamenei, según dos funcionarios de la región.
Si Trump restablece sanciones más estrictas, Jamenei podría verse obligado a negociar y aceptar un acuerdo nuclear más favorable a los intereses de Estados Unidos e Israel, con el fin de proteger el régimen teocrático de Irán, que ha enfrentado creciente presión externa y varios brotes de protestas masivas en los últimos años.
Además, un acuerdo de defensa entre Estados Unidos y Arabia Saudita, vinculado a la posible normalización de relaciones diplomáticas entre Riad e Israel, que se encuentra en las etapas finales de negociación, también supone un reto considerable para Jamenei.
Esta alianza tiene el potencial de modificar el equilibrio de poder en la región al consolidar un frente más unificado en contra de Irán, lo que podría comprometer su posición geopolítica y su estrategia en Medio Oriente.
Ataques de Israel y temor a nuevo mandato de Trump preocupan a Irán
Hassan señaló que los recientes ataques de represalia de Israel contra Irán, así como los ataques dirigidos contra los líderes de los aliados de Hamás y Hezbolá, que son considerados grupos terroristas, han sido percibidos ampliamente como un éxito significativo.
Estas acciones han ofrecido indicios sobre cómo podría desarrollarse un ataque limitado contra Irán, desafiando las suposiciones previas de que una acción militar contra el país inevitablemente desataría un conflicto más amplio en Medio Oriente.
Un alto funcionario de seguridad árabe comentó que, tras los letales ataques de Israel contra los líderes de Hezbolá y Hamás, Teherán “ya no podía utilizar su influencia a través de sus representantes armados”.
Irán, que junto a sus aliados ha prometido destruir a Israel, tiene múltiples razones para temer la posibilidad de un nuevo mandato de Trump.
Fue Trump quien, en 2018, retiró unilateralmente a Estados Unidos del acuerdo nuclear de 2015 entre Irán y las potencias mundiales. Además, fue él quien ordenó el asesinato de Qassem Soleimani, la mano derecha de Jamenei y el principal estratega de los ataques contra intereses estadounidenses y de sus aliados en el extranjero.
Trump podría volver a imponer sanciones duras y apoyar ataques de Israel a Irán
Trump también implementó sanciones punitivas que afectaron gravemente los ingresos por exportación de petróleo de Irán y restringieron sus transacciones bancarias internacionales, lo que provocó una grave crisis económica y aumentó el descontento popular en la República Islámica.
Durante su campaña presidencial, Trump criticó frecuentemente la política del presidente Joe Biden por no aplicar estrictamente las sanciones a las exportaciones de petróleo, alegando que esto debilitó a Washington y fortaleció a Teherán, permitiéndole vender petróleo, acumular recursos y expandir tanto sus actividades nucleares como su influencia mediante milicias armadas.
En marzo, en una entrevista con el periódico Israel Hayom, Trump afirmó que Irán podría obtener un arma nuclear en 35 días y que Israel, que considera la actividad nuclear de Irán una amenaza existencial, está en un “vecindario muy traicionero y peligroso”.
Un asesor del gobierno comentó que Teherán es consciente de que existe una “nueva arquitectura en desarrollo”, pero también que Trump, pese a su dura retórica, comprende que no hay alternativa a un acuerdo con Irán, dado el rápido avance de su programa de enriquecimiento de uranio.
“Trump podría buscar un nuevo acuerdo nuclear, justificando la ruptura del acuerdo de 2015 por considerarlo incompleto y proponiendo uno más duradero que podría promocionar como parte de su promesa de ‘hacer a Estados Unidos grande de nuevo’ y asegurar los intereses estadounidenses”, explicó el asesor.
Con el acuerdo nuclear de 2015 deteriorado con el paso de los años, Irán ha incrementado el nivel de pureza del uranio enriquecido, acortando el tiempo que necesitaría para construir una bomba atómica si así lo decidiera, aunque Teherán niega tener esa intención.
Según el sitio web estatal Iran Online, cuando Trump dejó la presidencia, Irán mantenía el enriquecimiento de uranio al 3,67 por ciento, según los términos del acuerdo, muy por debajo del 90 por ciento necesario para fabricar armas.
Ahora, Irán ha “enriquecido uranio al 60% utilizando centrifugadoras avanzadas IR-6” y podría estar en condiciones de fabricar armas nucleares “en unas pocas semanas… Completar el ciclo de disuasión nuclear es la mayor carta de triunfo de Irán contra Trump”, afirmó el sitio.
Funcionarios árabes y occidentales advierten que cuanto más se acerque Irán al desarrollo de una bomba nuclear, más probable es que incite a Israel a realizar un ataque.
“Si Trump regresa al poder, respaldará los planes israelíes de atacar las instalaciones nucleares iraníes”, señaló un funcionario occidental.