En una estimación desalentadora, un prestigioso centro de investigación con sede en Teherán descubrió que hasta el 75% de la población iraní podría dar positivo para el coronavirus si no se aplican medidas de aislamiento.
La evaluación del centro de investigación del parlamento iraní, basada en los modelos epidemiológicos del Ministerio de Sanidad, dice que casi 30.000 iraníes podrían morir por el virus si solo se aplica el 10% de las políticas de contención viables. Sin embargo, la cifra de moralidad podría caer a 6.000, siempre y cuando el 40% de las restricciones de distanciamiento social se observen con firmeza.
El documento de 46 páginas advierte que un pico en Irán podría estar tan lejos como en noviembre, cuando una segunda ola podría esperar a la población. El estudio evaluó la actual planificación de la respuesta del gobierno como “aceptable”, a diferencia de su “débil” manejo al principio.
Irán anunció 94 nuevas muertes el 15 de abril, marcando un segundo día de una tasa de mortalidad de dos dígitos. Más de la mitad de las provincias iraníes están presenciando caídas significativas en los casos positivos, según las estadísticas del Ministerio de Salud, con infecciones diarias confirmadas que caen entre cero y 20.
No obstante, la situación en la capital, Teherán, sigue siendo alarmante. Nahid Khodakarami, una mujer miembro del Consejo Municipal de Teherán, impugnó los informes oficiales de mortalidad y dijo que, según la estimación más optimista, en Teherán mueren diariamente por lo menos 70 personas. Dijo que la discrepancia se debía a que el “síntoma respiratorio agudo” es la causa oficial de muchas muertes de COVID-19.
En medio de la pandemia, Irán ha librado una batalla paralela para financiar su respuesta, tratando de conseguir que se levanten las restricciones bancarias internacionales impuestas por los Estados Unidos. La semana pasada, el gobernador del banco central de Irán, Abdolnasser Hemmati, declaró que 1.600 millones de dólares, congelados por un banco de Luxemburgo debido a la presión de Estados Unidos, habían encontrado su camino de vuelta a casa. Los funcionarios de Luxemburgo, sin embargo, aclararon que la decisión final residía en el más alto tribunal del país y que los fondos aún no habían sido enviados. Más tarde, Hemmati dijo a la televisión estatal iraní que la incautación de la cantidad “no será el fin del mundo” para Irán, ya que está presionando para descongelar “muchos más de esos fondos retenidos en el extranjero”.
En otro lugar, el Ministro de Relaciones Exteriores del Irán, Mohammad Javad Zarif, lamentó en Twitter el “acoso del régimen estadounidense” que “mata a la gente” en medio de la pandemia de coronavirus y que dejará un recuerdo de “infamia” entre los iraníes. Su homólogo americano Mike Pompeo ha declarado que Washington está listo para “una verdadera asistencia humanitaria al pueblo iraní”. Pero, según Pompeo, la ayuda en efectivo no terminará en las manos adecuadas en Irán y será utilizada por el Estado “para fines corruptos”. Los suministros médicos y otras importaciones de carácter humanitario están exentos de las sanciones de los Estados Unidos.
Montando una defensa fresca y optimista de la gestión de crisis de su gobierno, el presidente Hassan Rouhani dijo en un discurso televisado el 15 de abril que incluso con las sanciones en vigor, ni un solo paciente con coronavirus ha sido rechazado de los hospitales iraníes durante el brote.
A pesar de sus implacables quejas sobre las medidas estadounidenses que interfieren en la respuesta a la pandemia, en las últimas semanas Irán se ha enorgullecido de su autosuficiencia, con una lista de “nuevos logros”, en su mayoría reivindicados por el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (CGRI), que van desde kits de diagnóstico caseros hasta una prometida vacuna “que pronto se introducirá”. En la última, el comandante del CGRI, Hossein Salami, reveló un dispositivo “asombroso y fenomenal” que, según él, es capaz de detectar cuerpos humanos infectados por el coronavirus y objetos en un radio de 100 metros en cuestión de cinco segundos.