Un clérigo y juez iraní acusado de corrupción en Teherán y también de violaciones de los derechos humanos por parte de activistas fue encontrado muerto el viernes en un hotel de la capital rumana, Bucarest, según la policía.
Gholamreza Mansouri, quien huyó de Irán el año pasado, se encuentra entre varios jueces acusados de corrupción durante un juicio de alto perfil de un exfuncionario judicial que comenzó en Teherán el 7 de junio.
La policía rumana detuvo a Mansouri a principios de este mes y se esperaba que un tribunal de Bucarest se pronunciara sobre la extradición el próximo mes.
La policía de Bucarest señaló que un hotel había encontrado a uno de sus huéspedes muerto en el vestíbulo después de que pareciera haber caído de un piso más alto.
“Se afirmó que el hombre era un ciudadano extranjero de 52 años, bajo control judicial por crímenes cometidos en otro país”, informó la policía en un comunicado, añadiendo que se estaba investigando su muerte.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Irán confirmó la muerte de Mansouri y señaló que estaba esperando un informe de Rumania. El portavoz del Ministerio, Abbas Mousavi, indicó a los medios iraníes que Mansouri había ido a la embajada iraní para discutir un posible regreso y fue arrestado por la policía rumana porque era buscado en Teherán.
Mansouri había sido puesto bajo un período de control judicial de 30 días y estaba siendo vigilado. Se había fijado un plazo hasta el 10 de julio para que Teherán presentara los documentos de extradición.
La semana pasada, la organización parisina Reporteros sin Fronteras (RSF) presentó una denuncia contra Mansouri en Alemania, donde se creía que residía antes de viajar a Rumanía, acusándole de ser responsable de la “detención y tortura” de al menos 20 periodistas en el 2013.