Irán no está pidiendo la eliminación del pueblo judío, pero cree que personas de todas las religiones deben decidir el futuro de Israel, dijo el viernes el líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Khamenei.
Desde su Revolución Islámica en 1979, Irán se ha negado a reconocer a Israel y ha apoyado a los grupos terroristas palestinos. Israel acusa desde hace tiempo a Irán de buscar su destrucción y considera a Teherán como su principal enemigo en Medio Oriente.
“El llamamiento a la eliminación del Estado de Israel no significa la eliminación del pueblo judío”, dijo Khamenei a los funcionarios y participantes en una conferencia islámica en Teherán, según su sitio web oficial.
“Significa que el pueblo palestino, ya sea musulmán, cristiano o judío, debe elegir su propio gobierno”.
El Khamenei musulmán chiíta, la máxima autoridad de la política interior y exterior iraní, también criticó a las potencias occidentales por presionar a Teherán sobre su programa nuclear.
“Todas las naciones necesitan energía nuclear con fines pacíficos, pero los monopolistas occidentales tratan de mantener esta energía en monopolio…”, dijo Khamenei. “Los occidentales saben que no buscamos armas nucleares por nuestros principios y creencias (religiosas)”.
Irán ha negado repetidamente haber intentado construir una bomba nuclear, refiriéndose a un decreto religioso emitido a principios de la década de 2000 por Khamenei que prohíbe el desarrollo o el uso de armas nucleares.
Las agencias de inteligencia estadounidenses y el organismo de control nuclear de la ONU creen que Irán tuvo un programa encubierto de bombas atómicas durante varios años que posteriormente detuvo.
Francia, Reino Unido y Alemania dijeron esta semana que estaban muy preocupados por la decisión de Irán de reanudar el enriquecimiento de uranio en una planta subterránea, aunque no llegaron a instar directamente a nuevas sanciones.
La medida de Irán fue la última de una serie de pasos a través de los cuales Teherán ha sobrepasado los límites de su pacto nuclear de 2015 con las potencias mundiales, en respuesta a la retirada de Estados Unidos del acuerdo el año pasado y la reimposición de sanciones.