Los escolares iraníes, especialmente las niñas, han llevado las protestas generalizadas del país a las aulas, según un informe de finales de octubre de la organización israelí sin ánimo de lucro IMPACT-se, el Instituto para la Supervisión de la Paz y la Tolerancia Cultural en la Educación Escolar.
En los vídeos compartidos por la organización, se podía ver a niños destruyendo libros de texto con imágenes del primer líder supremo de Irán, el ayatolá Jomeini, arrancando las fotos y pisándolas. También se vio a niñas quitarse el pañuelo en una protesta masiva cuando funcionarios del Ministerio de Educación iraní visitaron sus escuelas.
“Está claro que el sistema educativo iraní debe tenerse en cuenta en cualquier evaluación de las intenciones y planes futuros del régimen”, explicó el director general de IMPACT-se, Marcus Sheff. “Los libros de texto proporcionan un esquema de sus objetivos, valores y visión del mundo. La pregunta es cuál es el porcentaje de estudiantes iraníes que se radicalizarán lo suficiente con estos libros de texto como para defender al régimen como guardias revolucionarios, clérigos policiales y políticos”.
¿Qué contienen los libros de texto?
Según el último informe de IMPACT-se, el material educativo que se enseña en las escuelas iraníes se ha vuelto progresivamente más radical y militarista en los últimos años. La yihad, que en este caso se refiere a la lucha armada contra los no creyentes (no musulmanes), es glorificada, ya que los extranjeros son representados como enemigos irredentos de Irán que nunca cesarán en sus esfuerzos por destruir la nación.
Por ello, se glorifica a los mártires y se anima a los niños a buscar la muerte en la batalla o a suicidarse en un atentado terrorista si es posible.
Recientemente, Irán se ha dirigido a las niñas en los libros de texto, añadiendo material que celebra específicamente los logros de las mujeres mártires.
El plan de estudios también aboga por una guerra total con Israel que desemboque en su destrucción. Además, los materiales culpan al pueblo judío de realzar la ciudad de Jerusalén a expensas de La Meca, al tiempo que niegan cualquier conexión judía con la capital de Israel.