Las fuerzas de seguridad iraníes dispararon gas lacrimógeno para dispersar a los manifestantes contra el régimen en la ciudad suroccidental de Behbahan, informó Al Arabiya a última hora del jueves, citando “testigos” locales.
Según el medio de comunicación, también se ha informado de una “fuerte presencia” de las fuerzas de seguridad en otras ciudades de la República Islámica.
Según el analista de Oriente Medio Raman Ghavami, con sede en Londres, miles de personas se reunieron en la ciudad de Behbahan, en el Juzestán, coreando consignas contra la participación iraní en otros países de la región en medio de la profunda crisis económica causada por la pandemia COVID-19.
“No a Gaza, no al Líbano, mi vida por Irán”, se puede escuchar a los manifestantes gritando en un vídeo publicado por Ghavami en Twitter. “¡Abajo la República Islámica!”.
Una serie de explosiones en sitios nucleares e infraestructura estratégica iraníes han sacudido a la República Islámica en las últimas semanas, y se informó por primera vez a finales de junio. Después de tres semanas, las explosiones se han cobrado 21 vidas hasta el martes, según Al Jazeera.
Las explosiones se han atribuido extraoficialmente a los ciberataques y ataques encubiertos de las fuerzas estadounidenses e israelíes. El régimen iraní ha prometido responder a los incidentes, originalmente alegando que fueron accidentes.
Las últimas grandes protestas contra el gobierno estallaron en Irán a principios de 2020, con cientos de manifestantes que exigían que el líder supremo, el ayatolá Alí Jamenei, renunciara después de que Teherán admitiera que su ejército había derribado por error un avión ucraniano, matando a las 176 personas que iban a bordo.
“Los videos publicados en Twitter mostraban a cientos de personas cantando frente a la Universidad Amir Kabir de Teherán”.
Anteriormente, se informó de que cientos de personas habían muerto en protestas en múltiples ciudades de la República Islámica en noviembre de 2019.
Con una cifra oficial de 400 muertos y afirmaciones extraoficiales de hasta 1.000, se cree que la serie de protestas de 2019 es la más mortífera desde la Revolución Islámica de 1979.