En un intento significativo de aliviar las tensiones, el ministro de Asuntos Exteriores de Irán ha viajado a Arabia Saudí. Esta visita marca el primer viaje de este tipo en años y resalta los esfuerzos en curso para mejorar las relaciones entre los dos países, históricamente enfrentados.
Visita histórica: Primer viaje del máximo diplomático iraní en años
El jueves, el ministro de Asuntos Exteriores de Irán, Hossein Amirabdollahian, llegó a Arabia Saudí. Esta visita es el primer viaje de un diplomático de alto nivel desde Teherán en años y se produce en el contexto de una distensión negociada con la mediación de China.
Amirabdollahian estuvo acompañado por el nuevo embajador de Irán en el reino, Alireza Enayati, y la visita coincidió con la reapertura de las misiones diplomáticas entre las dos naciones.
La última visita pública de un ministro de Exteriores iraní a Arabia Saudí fue en 2015, cuando Mohammad Javad Zarif expresó sus condolencias por la muerte del rey Abdullah.
Un pasado tenso: Archienemigos y desafíos persistentes
Las tensiones entre Arabia Saudí e Irán han sido históricamente altas, a menudo centrándose en desafíos como el programa nuclear de Irán, la guerra liderada por Arabia Saudí en Yemen y la seguridad en las vías fluviales de la región.
Arabia Saudí rompió relaciones con Irán en 2016 tras el asalto a las embajadas saudíes en Irán. Además, se han registrado ataques contra la industria petrolera saudita, atribuidos a Irán.
Las diferencias religiosas también han exacerbado las tensiones, con Arabia Saudí como principal nación suní y la teocracia iraní protegiendo la minoría chií del Islam.
Mediación china y esfuerzos de reconciliación
Los acontecimientos recientes, incluida la pandemia y la retirada estadounidense de Afganistán, han llevado a las naciones árabes del Golfo a reconsiderar las relaciones con Irán.
En marzo, Arabia Saudí e Irán llegaron a un acuerdo para reabrir embajadas, un paso simbólico hacia la reconstrucción de las relaciones diplomáticas.
La guerra en Yemen continúa, aunque con una disminución drástica de los ataques liderados por Arabia Saudí, en un intento de retirarse del conflicto.