TEHERÁN, Irán – Un alto funcionario del poder judicial iraní advierte a los candidatos que se presentan a las próximas elecciones presidenciales de que no deben cruzar las “líneas rojas” de la República Islámica.
Los iraníes se disponen a elegir al sucesor del presidente Hassan Rouhani el 18 de junio, en medio del descontento generalizado por una profunda crisis económica y social.
El Consejo de Guardianes de la República Islámica, encargado de evaluar a los candidatos, ha aprobado la candidatura de siete candidatos, principalmente ultraconservadores, de entre unos 600 aspirantes.
“Los candidatos no deben cruzar las líneas rojas del sistema en sus campañas y discursos”, afirma el fiscal general de Teherán, Ali Alqassi-Mehr, según Mizan Online, la agencia de noticias oficial del poder judicial.
Los infractores serán “enfrentados con firmeza”, afirma, y advierte en particular contra cualquier ataque a la “reputación” del poder judicial.
En Irán hay varias cuestiones que se consideran “líneas rojas”, como el cuestionamiento de la doctrina del Velayat-e faqih (la tutela del jurista), que establece la autoridad religiosa sobre la política.
El jefe de la judicatura, el ultraconservador Ebrahim Raisi, está ampliamente considerado como el candidato favorito en la carrera hacia la presidencia.
Raisi obtuvo el 38% de los votos en las elecciones presidenciales de 2017, pero fue derrotado por Rouhani.
La campaña de las elecciones presidenciales arrancó oficialmente de forma discreta el viernes.
La descalificación de varios candidatos por parte del Consejo de Guardianes parecía haber despejado el camino a Raisi, que se enfrenta a cuatro candidatos menos conocidos de su propio bando y a dos reformistas sin una base sólida.