La epidemia del coronavirus en Irán es tan grave que incluso la prensa iraní, fuertemente controlada, está empezando a cuestionar las absurdas bajas estadísticas oficiales del gobierno sobre el número de infecciones y muertes.
La BBC notó un ejemplo sorprendente el lunes, un titular que literalmente cuestionaba las estadísticas provenientes del régimen.
Un presentador de la televisión estatal iraní cayó de rodillas el martes y rogó a su audiencia en la provincia de Yazd que “se quedara en casa” para no contraer el virus. Los funcionarios de Yazd declararon una “situación de emergencia” el domingo.
Esto es un gran cambio con respecto a la actitud adoptada por los medios de comunicación estatales hace unas semanas, cuando el coronavirus fue descartado como “menos peligroso que la gripe”, las cuarentenas fueron ridiculizadas como una reacción exagerada innecesaria, y las críticas a la respuesta del gobierno central fueron tratadas como sediciosas.
A finales de enero, Irán se promocionaba como el destino perfecto para los viajeros chinos que querían celebrar el Año Nuevo Lunar lejos de su propio país. Los médicos iraníes pensaron que una cuarentena de cinco días sería suficiente para cualquier visitante que mostrara síntomas del virus.
Mientras los medios de comunicación iraníes se vuelven lentamente más críticos con el gobierno secular, el pueblo iraní parece haber perdido mucha reverencia por la teocracia durante la crisis del coronavirus.
El “líder supremo” de Irán, el ayatolá Ali Khamenei, sigue tratando de restar importancia a la amenaza del virus. Los santuarios y las ceremonias religiosas desempeñaron un papel indiscutible para ayudar a que la epidemia se propagara tan rápidamente, empeorada por los líderes religiosos que pregonaban las propiedades “curativas” de los santuarios.
Here's an example of the first seeds of doubt in the Iranian press over official coronavirus stats.
Headline from financial daily Eqtesad-e Saramad: "Statistics: that is the question!" pic.twitter.com/ADU3vaqcyK— BBC Monitoring (@BBCMonitoring) March 11, 2020
Otro ayatolá llamado Abbas Tabrizian, aclamado por sus seguidores como el “padre de la medicina islámica en Irán”, se convirtió en una figura de burla tanto local como internacional al afirmar que el coronavirus puede mantenerse a raya frotando una bola de algodón bañada en aceite violeta por el ano. Un erudito religioso con sede en Irán con más de un millón de seguidores llamado Hadi al-Modarresi que causó revuelo al afirmar que el virus era “sin duda un acto de Alá que es un castigo divino contra los chinos por su tratamiento, burla y falta de respeto hacia los musulmanes y el islam” admitió el miércoles que él mismo ha contraído la enfermedad.
Los medios sociales iraníes están llenos de videos encubiertos de morgues desbordadas, imágenes que pintan un cuadro de crisis mucho peor que las 9.000 infecciones y 354 muertes oficialmente reportadas.
“La situación es muy difícil; las autoridades no proporcionan las cifras exactas de los muertos. Incluso han arrestado a un miembro del personal que filmó dentro de un hospital, donde se podía ver que estaba lleno de muertos dentro de un sótano. Y la situación es mucho peor ahora. Los hospitales están llenos. Nadie está informando sobre el verdadero número de muertos”, dijo un joven profesional iraní a Fox News el martes.