El coronel del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (CGRI) Mehdi Molashahi y el militante del Basij Javad Kikha fueron asesinados a tiros por personas no identificadas en Zahedan el martes por la tarde, mientras continuaban las protestas antigubernamentales en la zona y en todo Irán.
El CGRI y otras fuerzas de seguridad iraníes han reprimido brutalmente a los manifestantes en Zahedan en las últimas semanas, matando a más de 80 personas, según las organizaciones de derechos humanos.
El 30 de septiembre estallaron grandes enfrentamientos, que se conocieron como “Viernes Sangriento”, entre manifestantes suníes y fuerzas de seguridad iraníes en Zahedan, después de que las fuerzas iraníes dispararan contra los fieles durante las oraciones del viernes.
En los enfrentamientos murieron varios miembros de las fuerzas paramilitares Basij y del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (CGRI), y los medios de comunicación estatales iraníes afirmaron que las “fuerzas separatistas” habían atacado una base iraní en la zona.
Cinco semanas después de la muerte de Mahsa Amini, continúan las protestas
El martes se registraron protestas en todo Irán, más de cinco semanas después de que Mahsa Amini fuera asesinada por la Policía de la Moralidad iraní.
Los estudiantes universitarios protestaron en Qom, Ahvaz, Teherán, Damghan, Mashhad, Hamedan, Shahrekord, Karaj y Kerman, entre otras localidades.
Estudiantes masculinos y femeninos se sentaron y almorzaron juntos, lo que suele estar prohibido en las universidades iraníes.
El miércoles, los iraníes conmemorarán los 40 días de la muerte de Amini, una marca importante en los rituales de luto chiítas. Se esperan protestas a gran escala en todo el país.