Tras el derribo de un avión ucraniano, que tuvo lugar sobre Irán el 8 de enero, la República Islámica solo admitió que era responsable del ataque al avión de pasajeros cuando el presidente iraní Hassan Rouhani amenazó con renunciar a su cargo a menos que el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (CGRI) admitiera su responsabilidad, informó el domingo The New York Times.
De acuerdo con el informe del Times, el CGRI supo del incidente minutos después de que ocurriera y se negó a compartir esa información durante días, incluso con el presidente de la República.
Rouhani fue informado el 11 de enero, después de que él y su gobierno negaran las acusaciones durante tres días. Luego dio un ultimátum a la CGRI para que se sincerara o para que renunciara, lo que provocó que el líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Khamenei, interviniera y ordenara al gobierno que reconociera el tiroteo.
El avión fue derribado después de las crecientes tensiones con Estados Unidos y poco después de que Irán disparó más de una docena de misiles balísticos contra las bases del ejército de Estados Unidos en Irak, y las fuerzas de seguridad del país estaban en alerta máxima.
El oficial que derribó el avión intentó sin éxito llegar a sus comandantes, y luego decidió derribar el avión, descubriendo solo después de derribarlo que se trataba de un avión de pasajeros ucraniano.
Los 176 pasajeros y la tripulación del avión murieron en el incidente.