El reciente envenenamiento masivo en las escuelas de niñas de Irán ha conmocionado al mundo y ha dejado a la nación iraní atónita. La lentitud con la que las autoridades han respondido a las acusaciones y los diversos relatos es alarmante. Las madres de las alumnas envenenadas han sido brutalmente golpeadas por las tropas de asalto de la entidad terrorista mulá, lo que demuestra la falta de respeto por la vida humana y los derechos fundamentales.
Este no es un hecho aislado, ya que desde noviembre, cientos de estudiantes, en su mayoría mujeres, han sido envenenadas en diversas localidades de Irán. Las autoridades parecen incapaces de detener estos ataques biológicos. El hecho de que estos crímenes hayan aumentado drásticamente es alarmante y nos hace preguntarnos si la teocracia de Irán tiene la intención de cerrar las escuelas de mujeres y negarles el acceso a la educación.
El régimen iraní ha sido conocido por su opresión y violación de los derechos humanos desde su creación en 1979. Los matones del CGRI y del MOIS han amenazado con volar por los aires a opositores y disidentes, lo que demuestra la falta de respeto por la vida humana. Sin embargo, este nuevo crimen contra la humanidad es aún más grave, ya que se trata de un ataque sistemático y repetido contra niñas inocentes y su derecho a la educación.
Este tipo de atrocidades son inaceptables en cualquier sociedad civilizada. Irán debe tomar medidas urgentes para identificar y castigar a los responsables de estos crímenes y garantizar la seguridad y el bienestar de sus ciudadanos. La comunidad internacional debe tomar medidas para proteger a los ciudadanos iraníes y garantizar que se respeten sus derechos fundamentales. Este crimen atroz supera al de grupos terroristas como Al Qaeda, Boko Haram, ISIS, Al-Shabaab y otros, y no puede ser ignorado ni tolerado.
La situación en Irán es desgarradora. Cientos de colegialas iraníes están desarrollando enfermedades respiratorias, cardíacas, mareos, agotamiento y enfermedades neurológicas bajo la dictadura terrorista que los gobierna. Pero lo que es aún más indignante es el envenenamiento “deliberado” de estas jóvenes con gas. Los mulás jomeinistas niegan conocer a los agresores, pero nadie ha reivindicado estos actos terroristas. ¿Cómo puede ser posible que un régimen que se hace llamar líderes religiosos permita tal atrocidad?
El ataque envenenamiento en cadena es una venganza por las protestas a favor de los derechos de las mujeres y las niñas. Y lo que es aún más alarmante es que estos ataques no están siendo investigados por el régimen. ¿Cómo puede ser que un gobierno que se supone que protege a su pueblo permita que tal violencia y terrorismo continúen? La confianza en los funcionarios y los fundamentalistas religiosos se está desvaneciendo cada vez más, y con razón.
El nombre de Irán, un país con una larga historia de civilización, está siendo manchado por los crímenes de los mulás jomeinistas. Los clérigos chiíes extremistas han atacado a las mujeres por la libertad de vestimenta, educación y voto desde que Reza Shah el Grande instituyó la educación moderna en Irán. Pero las atrocidades que estamos presenciando hoy en día son simplemente inaceptables. ¿Cómo puede una sociedad permitir que su gobierno oprime a la mitad de su población?
Los mulás jomeinistas preservan su visión extrema y violenta del mundo con el terrorismo. Desde los años sesenta, se han opuesto a la libertad, y eso es exactamente lo que estamos viendo hoy en día. La verdad sobre estos actos horribles emergerá, pero ¿cuánto tiempo más tendrán que sufrir las niñas y las mujeres en Irán antes de que se haga justicia?
Esta atrocidad seguramente desatará protestas contra el régimen e inclinará la balanza a favor de Irán. ¿Podría haber un renacimiento de Irán? Es difícil saberlo, pero una cosa es segura: el mundo debe tomar medidas para ayudar al pueblo iraní a liberarse de este régimen opresor y terrorista. Los mulás chiíes criminales se alían con la mayoría de los radicales internos, y la sociedad iraní no puede seguir soportando esta carga. Es hora de que la comunidad internacional tome medidas para detener estas atrocidades y ayudar a los iraníes a vivir en un país libre y seguro.