La decisión de EE. UU. de enviar tropas adicionales a Medio Oriente se basó, entre otras cosas, en la información de inteligencia de que Irán había autorizado a algunas de sus fuerzas a atacar objetivos militares estadounidenses en la región, informó el jueves la red de la NBC, según tres funcionarios estadounidenses familiarizados con el asunto. Según ellos, un funcionario iraní estaba dirigiendo a las milicias apoyadas por Teherán contra el ejército estadounidense, pero no contra los ejércitos de otros países.
Entre las amenazas que temen en Estados Unidos se encuentran los lanzamientos de misiles de pequeños barcos iraníes en el Golfo Pérsico, los ataques de las milicias chiítas iraquíes o los hutíes en Yemen contra los barcos estadounidenses. Las fuentes dijeron que las amenazas no son nuevas, sino la decisión de agitar esas fuerzas. Los tres altos funcionarios estadounidenses agregaron que a pesar del aumento de la presencia militar estadounidense en la región, Irán no ha frenado su despliegue ni ha cambiado sus evaluaciones.
Una fuente estadounidense dijo que Irán está acostumbrado a ocultar los misiles y sus componentes cuando los lleva de contrabando a los hutíes en Yemen. Ahora estaban expuestos a la vigilancia aérea, lo que llevó a la preocupación de que Irán podría intentar enviarlos por mar. Una de las fuentes señaló que también hay algunos indicios del despliegue de lanzadores móviles en las cubiertas de estos barcos.
Las tres fuentes dijeron que además de la información sobre las conversaciones mantenidas por el alto funcionario iraní sobre los ataques contra las fuerzas estadounidenses, las fuerzas iraníes y las fuerzas pro iraníes se estaban moviendo en varios lugares de la región. Luego de esto, el comandante del Comando Central, el general Frank Mackenzie, solicitó refuerzos adicionales. El sábado pasado, el secretario de defensa interino aprobó la solicitud para acelerar el envío del portaaviones Abraham Lincoln y la fuerza de los bombarderos al área, y el Asesor de Seguridad Nacional, John Bolton, lo anunció el domingo por la noche.
El presidente Donald Trump dijo en respuesta a las preguntas de los reporteros que “no se puede descartar por completo una confrontación militar con Irán”, y agregó que la república islámica era “muy amenazadora”, pero agregó que no rechazó más conversaciones con Teherán.
Un portavoz del Comando Central, el Capitán Bill Urban, se negó a proporcionar detalles de las amenazas, que provienen de la tierra y el mar de las fuerzas iraníes y las fuerzas pro iraníes. Teherán lo rechazó como una “guerra psicológica” por parte de Estados Unidos, pero la tensión entre los dos países continúa aumentando después de que ayer Teherán anunció que su compromiso con el acuerdo nuclear se redujo debido a la retirada de Estados Unidos hace un año.
Luego, Trump anunció la imposición de sanciones adicionales a Irán, esta vez a sus industrias de acero y minería. Estas son la fuente de ingresos más importante del régimen después de la industria petrolera, que está sujeta a sanciones asfixiantes.