Estados Unidos pidió el viernes a Israel que rebaje las tensiones en Jerusalén, mientras continúa la violencia de árabes en la capital israelí.
La portavoz del Departamento de Estado, Jalina Porter, afirmó, según Reuters, que Washington está “profundamente preocupado por el aumento de las tensiones en Jerusalén”.
“A medida que nos adentramos en un periodo delicado en los próximos días, será fundamental que todas las partes garanticen la calma y actúen de forma responsable para desescalar las tensiones y evitar la confrontación violenta”, afirmó Porter.
Mientras tanto, el portavoz del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos criticó a Israel por las evacuaciones previstas de árabes en el barrio de Sheikh Jarrah, en el este de Jerusalén, afirmando que “si se ordenan y se llevan a cabo, [éstas] violarían las obligaciones de Israel en virtud del derecho internacional”.
“Pedimos a Israel que detenga inmediatamente todos los desalojos forzosos, incluidos los de Sheikh Jarrah, y que cese cualquier actividad que contribuya a crear un entorno coercitivo y conlleve un riesgo de traslado forzoso”, afirmó el viernes el portavoz Rupert Colville.
Las declaraciones se produjeron después de que el viernes por la noche estallaran enfrentamientos entre las fuerzas policiales y los fieles musulmanes tras la conclusión de las oraciones en el Monte del Templo.
Las fuerzas policiales dispersaron a cientos de alborotadores utilizando granadas de aturdimiento y otros medios. Durante los disturbios, los agentes recibieron piedras, botellas y otros objetos.
Tres policías resultaron heridos en la violencia. La Media Luna Roja informó de que 13 árabes resultaron heridos.
Antes, tras las oraciones de la tarde en la mezquita de Al-Aqsa, a las que asistieron unas 75.000 personas, también se produjeron disturbios en el barrio de Sheikh Jarrah, en el este de Jerusalén.