Dos de las más altas autoridades cristianas del Reino Unido se han pronunciado recientemente contra la posible decisión de la primera ministra Liz Truss de trasladar la embajada británica en el Estado de Israel de Tel Aviv a Jerusalén.
En una carta enviada a la primera ministra, una de las principales autoridades de la Iglesia católica romana del Reino Unido, el arzobispo de Westminster, el cardenal Vincent Nichols, ha pedido a Truss que no traslade la embajada británica en el Estado de Israel de Tel Aviv a Jerusalén.
El cardenal Nichols, que es presidente de la Conferencia Episcopal de Inglaterra y Gales, escribió una carta a la primera ministra Truss a principios de esta semana, en la que expresaba su “profunda preocupación” por su llamamiento a revisar la ubicación de la embajada británica y la sugerencia de que podría considerar su traslado de Tel Aviv a Jerusalén.
En una declaración compartida tanto en su página web oficial como en su cuenta de Twitter, el cardenal afirmó que “ese traslado de la embajada del Reino Unido sería gravemente perjudicial para cualquier posibilidad de paz duradera en la región y para la reputación internacional del Reino Unido”.
Nichols citó su conexión con la Iglesia católica como la razón de su oposición a la idea, diciendo que “el Papa Francisco y los líderes de las iglesias en Tierra Santa han pedido durante mucho tiempo que se mantenga el statu quo internacional sobre Jerusalén, de acuerdo con las resoluciones pertinentes de las Naciones Unidas. La ciudad debe ser compartida como un patrimonio común, sin convertirse nunca en un monopolio exclusivo de ninguna parte”.
Al concluir su declaración, el cardenal dijo que “no ve ninguna razón válida por la que haya que considerar ahora un traslado”, y añadió que pide a la primera ministra que “reconsidere seriamente la intención que ha expresado y que centre todos sus esfuerzos en la búsqueda de una solución de dos Estados, en la que Jerusalén tenga un estatus especial garantizado”.
Respuestas a la declaración del Cardenal Nichols
En respuesta a la declaración del cardenal en Twitter, la organización estadounidense Stop Antisemitism mencionó la historia de la Iglesia Católica diciendo: “La Iglesia Católica ya hizo bastante durante la Segunda Guerra Mundial. Sus aportaciones y opiniones no son necesarias, ni hoy ni nunca. Tal vez pueda dedicar su tiempo a devolver los innumerables artefactos judíos robados a las familias judías durante el Holocausto que se niega a devolver”.
También sacando a relucir las creencias de la Iglesia Católica en su respuesta, el abogado internacional de derechos humanos Arsen Ostrovsky etiquetó a Nichols, diciendo: “Querido cardenal, le sugiero que lea las escrituras, lo que dicen sobre Jerusalén. Quizá entonces le interese reconsiderar su opinión”.
La Alianza Israelí-Británica también emitió un comunicado en relación con sus comentarios, diciendo que aunque tienen “respeto por todos los clérigos, intervenciones como esta revelan una ingenuidad política fundamental. Que los Estados soberanos den nombre a su propia capital es normal. ¿Cuándo lo normal se convirtió en una mala idea?”.
El arzobispo de Canterbury se hace eco de las preocupaciones
Siguiendo el ejemplo del cardenal Nichols, el jefe de la Iglesia de Inglaterra, el arzobispo de Canterbury Justin Welby, ha expresado su preocupación por la posible medida, y su portavoz abordó el tema en una declaración al periódico judío británico The Jewish News el viernes.
“El arzobispo está preocupado por el impacto potencial del traslado de la embajada británica en Israel de Tel Aviv a Jerusalén antes de que se haya alcanzado un acuerdo negociado entre palestinos e israelíes”, decía el comunicado. “Está en contacto con los líderes cristianos de Tierra Santa y sigue rezando por la paz de Jerusalén”.
¿Trasladará Truss la embajada británica a Jerusalén?
Durante su campaña electoral, en agosto de este año, Truss dijo al grupo conservador Amigos de Israel que, en caso de ser elegida primera ministra, consideraría el traslado de la embajada a Jerusalén, siguiendo el ejemplo del expresidente estadounidense Donald Trump. Luego, al margen de la Asamblea General de la ONU en septiembre, volvió a mencionar su compromiso con la idea, diciendo al primer ministro Yair Lapid que está revisando la ubicación actual de la embajada.
La idea volvió a salir a relucir la semana pasada, aunque esta vez no por la propia Truss, cuando la presidenta de la Junta de diputados de los Judíos Británicos, Marie van der Zyl, dijo en una recepción de los Amigos Conservadores de Israel que “tenemos muchas esperanzas de que el gobierno vaya a trasladar la embajada, al igual que Estados Unidos, a Jerusalén, la capital de Israel”.
Aunque la propia Truss no mencionó esa posibilidad en el acto, sí dijo que era una “gran sionista y gran defensora de Israel”, y añadió que “llevaría la relación entre el Reino Unido e Israel de fuerza en fuerza”.