El Ayuntamiento de Jerusalén avanzó en los planes para un proyecto de 9.000 viviendas en Atarot, una zona de la ciudad situada más allá de las líneas anteriores a 1967.
La comunidad internacional y la Autoridad Palestina han condenado el plan, que, según advierten, contribuiría a consolidar la presencia de Israel en una zona de la ciudad que designaron como futura capital de un “Estado palestino”.
También han argumentado que el plan introduciría una cuña de viviendas judías entre los barrios árabes ya existentes.
El comité de planificación local de la ciudad dio su apoyo al proyecto el miércoles, antes de la audiencia del Comité de Planificación del Distrito del municipio el 6 de diciembre.
El proyecto transformaría las 124 hectáreas del antiguo aeropuerto de Kalandiya en un nuevo barrio, con parques, hoteles, edificios públicos, zonas comerciales y viviendas para mayores. También preservaría el histórico aeropuerto, que funcionó de 1924 a 2000.
El lunes, una delegación de funcionarios de la Unión Europea visitó las obras. El representante de la UE en la AP, Sven Kuhn von Burgsdorff, dijo que el plan ponía en peligro una posible resolución del conflicto con “dos Estados” y contribuía a separar Jerusalén de Cisjordania.
Israel sostiene que Jerusalén es la capital unida del Estado judío y que estos proyectos proporcionan viviendas muy necesarias y mejoran la calidad de vida general en la capital.
La teniente de alcalde de Jerusalén, Fleur Hassan-Nahoum, se mostró satisfecha por la decisión del Ayuntamiento.
“Jerusalén es una ciudad en rápido crecimiento, con casi un millón de habitantes, y necesitamos más barrios para que los jóvenes puedan comprar y permanecer en la capital. La ciudad ya ha desarrollado una floreciente zona industrial y comercial en Atarot, y una zona residencial en un antiguo aeropuerto abandonado no sólo tiene sentido desde el punto de vista urbanístico, sino que mejorará toda esa zona de la ciudad para judíos y árabes por igual”.