El ministro de Defensa, Avigdor Liberman, dijo el fin de semana que Israel tendrá que pagar “un precio” por la decisión estadounidense de trasladar su embajada de Tel Aviv a Jerusalén.
“Nada es gratis”, dijo Liberman en el canal de televisión israelí Channel 2 en el programa “Meet the Press”. Añadió que “la apertura de la Embajada de los EE. UU. En Jerusalén tendrá un precio y vale la pena pagarlo”. “Deberíamos dar la bienvenida y estar preparados para pagar un precio”.
El periódico Maariv informó el viernes que funcionarios estadounidenses le dijeron a Liberman durante su visita a Washington la semana pasada que la administración Trump planea pedirle a Israel que se retire de cuatro barrios árabes del Este de Jerusalén: Jabel Mukaber, Isawiyah, Shuafat y Abu Dis, y transferir el control a la Autoridad Palestina para convertir el área en la capital de un futuro Estado palestino. Los funcionarios estadounidenses luego negaron el informe y dijeron que el plan de paz de los EE. UU. No está completo.
Liberman también calificó la decisión de Estados Unidos de mover su embajada de “histórica, importante y dramática”. Dijo durante la transmisión del sábado por la noche que cree que podría haber intentos de interrumpir la celebración de la embajada a mediados de mayo, pero no espera víctimas.
La llamada Marcha del Retorno de los árabes que desde 1967 se hacen llamar “palestinos”, está programada para culminar el 14 de mayo, el día de la dedicación de la embajada, que marca el 70 aniversario, según el calendario gregoriano, del nacimiento del moderno Estado de Israel, aunque Hamás ha pedido que las manifestaciones violentas continúen más allá de mediados de mayo.
A falta de una semana para la inauguración de la embajada, que incluirá una ceremonia a la que asistirán unos 1.000 invitados, incluida una delegación de 250 de los Estados Unidos, aún se desconoce si el presidente Donald Trump asistirá.
Trump dijo a fines del mes pasado en Washington cuando se le preguntó quién asistiría a la inauguración: “Podría ir. Estaría muy orgulloso de hacerlo”.
Según los informes, la delegación incluye al menos a 40 miembros del Senado y la Cámara de Representantes, además del consejero y consejero de Trump, Jared Kushner, y la hija y asesora del presidente, Ivanka Trump, y el enviado especial de paz de Oriente Medio, Jason Greenblatt. Al principio se dijo que sería dirigida por el secretario del Tesoro Steve Mnuchin, que es judío.
La nueva embajada inicialmente se ubicará en el sur de Jerusalén, en el vecindario de Arnona, en un complejo que actualmente alberga las operaciones consulares del Consulado General de Jerusalén. La selección del sitio y la construcción de una nueva embajada demorará hasta nueve años.