Estados Unidos permitirá que los estadounidenses nacidos en Jerusalén incluyan a Israel como su lugar de nacimiento en sus pasaportes y otros documentos, según una nueva política anunciada el jueves.
La medida llegó un día después de que Estados Unidos enmendara los acuerdos científicos firmados con Israel para aplicarlos a las instituciones de Judea y Samaria. Los cambios, promulgados días antes de las elecciones de EE.UU., parecían estar dirigidos a apuntalar el apoyo de los cristianos evangélicos y otros partidarios de Israel.
La administración del presidente Donald Trump rompió con décadas de política estadounidense al reconocer Jerusalén como capital de Israel en 2017 y posteriormente trasladar la embajada allí desde Tel Aviv, donde la mayoría de los demás países mantienen sus misiones.
Israel regresó al este de Jerusalén en la guerra de los seis días de 1967 junto con Judea y samaria, territorios que estaban ocupados por Jordania y que hoy los árabes de la Autoridad Palestina reclaman como parte de su futuro Estado. Israel considera a toda la ciudad como su capital “unificada y eterna”, mientras que los palestinos quieren su propia capital en Jerusalén oriental.
El Secretario de Estado Mike Pompeo dijo en una declaración que la nueva política de pasaportes estaba en consonancia con la decisión de reconocer a Jerusalén como la capital de Israel. Los estadounidenses nacidos en Jerusalén podrán especificar o bien “Israel” o bien “Jerusalén” como su lugar de nacimiento en los pasaportes y documentos oficiales.
Quienes no especifiquen su lugar de nacimiento figurarán como nacidos en Jerusalén.
Trump ha tomado una serie de medidas sin precedentes para apoyar a Israel y aislar a los palestinos. En enero dio a conocer un plan para resolver el conflicto del Oriente Medio que favorece abrumadoramente a Israel y que fue rechazado inmediatamente por los palestinos.
En las últimas semanas, los Emiratos Árabes Unidos, Bahrein y el Sudán han convenido en normalizar las relaciones con Israel, con lo que Trump ha conseguido una serie de logros en materia de política exterior.
Emiratos Árabes Unidos esperan comprar armas avanzadas de los Estados Unidos, incluidos aviones de combate F-35 sigilosos, y Sudán será eliminado de la lista de Estados Unidos de patrocinadores estatales del terrorismo, lo que le permitirá recibir la tan necesaria ayuda extranjera.