El Tribunal de Distrito de Jerusalén dictó el miércoles una sentencia contra cuatro adolescentes judíos que rezaron en el Monte del Templo, revocando así una decisión de un tribunal inferior que dictaminó que el rezo judío en el lugar sagrado era un derecho fundamental.
La semana pasada, los cuatro adolescentes fueron detenidos por la policía y se les impuso una prohibición de 15 días en la Ciudad Vieja por inclinarse y recitar la oración “Shema Israel” en el Monte del Templo, contra el statu quo según el cual los musulmanes pueden visitar y rezar en el lugar, mientras que a los no musulmanes se les prohíbe participar en cualquier actividad ritual.
Los adolescentes apelaron la decisión, argumentando que habían leído informes de los medios de comunicación en los que el Comisario de la Policía de Israel, Kobi Shabtai, declaraba que las tres religiones tienen libertad de culto en Jerusalén. Su defensa fue aceptada el domingo por el Tribunal de Primera Instancia de Jerusalén, que anuló su prohibición de 15 días. Aunque el alcance de la sentencia era especialmente reducido, provocó la inmediata indignación de la Autoridad Palestina, Hamás y Jordania, lo que llevó a la Oficina del primer ministro a emitir una declaración en la que afirmaba que no habría cambios en el statu quo.
Al día siguiente, la policía anunció que apelaría la sentencia, llevando el asunto al tribunal de distrito para que decidiera.
El juez dictaminó el miércoles que basarse en observaciones supuestamente realizadas en informes de los medios de comunicación “para violar disposiciones explícitas y anular las infracciones que se les atribuyen, es, como mínimo, problemático”.
El derecho a la libertad de culto judío en el Monte del Templo “no es absoluto, y debe ser superado por otros intereses, entre ellos la salvaguarda del orden público”, escribió la jueza Einat Avman Muller.
En respuesta a la sentencia, la abogada de los adolescentes, Nati Rom, afirmó que “desde el momento en que se dictó la sentencia del Tribunal de Magistrados de Jerusalén, comenzó una disparatada campaña de presiones y amenazas… [destinada a] vulnerar la independencia del tribunal y contaminar el proceso judicial”.
El Monte del Templo, renombrado como Haram al-Sharif por la invasión islámica, es históricamente el lugar más sagrado para los judíos, y el tercer santuario más sagrado del Islam, pero solo según una leyenda que es incluso posterior al Corán.
Jordania mantiene desde hace tiempo que sus tratados con Israel le otorgan la custodia de los lugares sagrados cristianos y musulmanes de Jerusalén; aunque Israel nunca ha aceptado esta reivindicación, concede la administración diaria del Monte del Templo al Waqf, financiado por Jordania.
El acuerdo por el que los judíos pueden visitar el Monte, pero no rezar en él, se ha resentido en los últimos años, ya que grupos de judíos han visitado y rezado regularmente en el lugar. No obstante, el gobierno israelí afirma que se ha comprometido a mantener el statu quo, a pesar de los informes que indican que ha hecho la vista gorda a algunos judíos que intentan rezar en el lugar.
Durante la confluencia del mes islámico del Ramadán y la festividad judía de la Pascua, el lugar fue testigo de violencia islamista casi diaria contra las fuerzas de seguridad israelíes por parte de alborotadores palestinos.