El vicepresidente estadounidense Mike Pence se encontró con protestas en Jordania, incluso mientras intentaba tranquilizar a los aliados árabes que están inquietos por la decisión del presidente estadounidense Donald Trump de declarar a Jerusalén capital de Israel.
Mike Pence se reunía el domingo con el rey de Jordania, Abdullah II, para conversaciones que se espera incluyan la decisión de la administración Trump en diciembre sobre la capital de Israel y los planes para trasladar la embajada de Estados Unidos de Tel Aviv a Jerusalén.
Antes de su llegada, varias docenas de jordanos se reunieron frente a la embajada de Estados Unidos en Amman, en protesta contra las políticas de Estados Unidos en Oriente Medio.
“Estados Unidos es la cabeza de la serpiente”, cantaron. Algunos sostuvieron una pancarta que decía: “El enviado (Mike Pence) de la derecha estadounidense sionista no es bienvenido”.
Mike Pence llegó a Jordania desde Egipto, donde el vicepresidente dijo después de reunirse el sábado con el presidente Abdel-Fatah el-Sissi que hizo hincapié en el compromiso de Estados Unidos con el proceso de paz entre Israel y la Autoridad Palestina.
Mike Pence dijo que le aseguró a Sissi que Estados Unidos estaba comprometido con “preservar el status quo con respecto a los lugares sagrados en Jerusalén”, y las fronteras y otros asuntos serían negociados entre las partes.
“Estados Unidos de América está profundamente comprometido con reiniciar el proceso de paz en Oriente Medio”, dijo Mike Pence antes de partir hacia Jordania. Dijo que estaría “entregando ese mensaje en Jordania, y también entregaría ese mensaje en Israel”.
La política de la administración Trump en Jerusalén ha planteado un dilema para el monarca de Jordania.
Los árabes que desde 1967 se hacen llamar “palestinos”, constituyen un gran segmento de la población de Jordania y la gobernante monarquía hachemita deriva parte de su legitimidad política de su papel histórico como custodio del principal santuario musulmán de Jerusalén, la mezquita Al-Aqsa, que es el tercer sitio más sagrado del Islam a partir de un mito espurio, es decir, que no se encuentra en el Corán.
Cualquier amenaza percibida a los reclamos musulmanes a la ciudad, como la decisión de Trump sobre Jerusalén, podría socavar su papel vital allí.
Al mismo tiempo, Jordania depende de la ayuda militar y económica de los Estados Unidos, 1.500 millones de dólares en 2015 y 1.600 millones de dólares el año pasado, en un momento de empeoramiento de la recesión económica y aumento del desempleo.
En su reunión del sábado con el líder egipcio Sissi, Mike Pence intentó tranquilizar al jefe del estado árabe más poblado de que Estados Unidos respaldaría una solución de dos Estados.
“Escuchamos al presidente Sissi”, dijo Mike Pence después de la reunión. “Me habló sobre lo que dijo públicamente sobre un desacuerdo entre amigos en referencia a nuestra decisión de reconocer a Jerusalén como la capital de Israel”.
Mike Pence dijo que le aseguró a Sissi que “estamos absolutamente comprometidos con la preservación del status quo con respecto a los lugares sagrados en Jerusalén, que no hemos llegado a una resolución final sobre los límites u otras cuestiones que se negociarán. … Le recordé al Presidente el-Sissi que el Presidente Trump dijo que si las partes están de acuerdo, apoyaremos una solución de dos Estados. Mi percepción fue que estaba animado por ese mensaje”.
La oficina de Sissi dijo que el presidente subrayó el apoyo de Egipto a un acuerdo de paz de dos estados y “el derecho del pueblo palestino a establecer un estado independiente con Jerusalén este como capital”.
Israel ve a Jerusalén como su capital unificada, mientras que los árabes, que rechazaron su estatidad en 1948 y que desde la liberación de Jerusalén por parte de Israel de la ocupación jordana en 1967, exigen que Jerusalén sea la capital de su futuro Estado. Un consenso internacional de larga data sostiene que el estatus final de la ciudad debe decidirse a través de negociaciones.
Estados Unidos y Egipto prometieron un frente único contra el terrorismo en el Oriente Medio cuando Mike Pence, el funcionario estadounidense de más alto nivel que visita al aliado de Estados Unidos en casi una década, comenzó un viaje por la región luego de dejar el gobierno en Washington
También se esperaba que Mike Pence se reuniera con las tropas estadounidenses en la región el domingo y luego partiera hacia Israel, donde tiene programado reunirse con el primer ministro Benjamin Netanyahu, pronunciar un discurso en la Knéset y visitar el monumento al Holocausto Yad Vashem.