El expresidente de la pequeña comunidad judía libanesa, Isaac Arazi, quien desempeñó un papel clave en la rehabilitación de la sinagoga abandonada de Beirut, ha fallecido a la edad de 80 años, según informaron su familia y el abogado de la comunidad a la AFP.
Isaac Arazi, quien lideraba el Consejo de la Comunidad Judía Libanesa, “falleció el martes y fue enterrado el mismo día”, según el abogado Bassem el-Hout.
Los judíos han vivido en Líbano durante aproximadamente 2.000 años, aunque su número ha disminuido significativamente de alrededor de 22.000 antes de la guerra civil de 1975-1990 a tan solo unos 30 en la actualidad, según Bassem el-Hout. Muchos judíos emigraron a Estados Unidos, Brasil y Europa después de la creación del Estado de Israel en 1948, pero siguen manteniendo lazos con Líbano y algunos regresan con regularidad.
La familia de Arazi publicó un obituario en un periódico libanés en el que lo describieron como el impulsor de la rehabilitación de la sinagoga Magen Abraham en el centro de Beirut, una de las más grandes y ornamentadas del mundo árabe. El consejo judío, dirigido por Arazi, contribuyó financieramente al proyecto a través de donaciones.
En 2009, Arazi expresó su entusiasmo por la renovación de la sinagoga y su esperanza de que el proyecto contribuyera a revitalizar la comunidad judía en Líbano.
La última vez que un rabino ofició en la sinagoga fue en 1977, cuando la mayoría de los judíos libaneses emigraron, en gran parte debido a la invasión israelí de Líbano en 1982, que llevó a que las palabras “judíos” e “israelíes” se utilizaran indistintamente.
En Líbano, todavía existen algunos edificios que antaño funcionaron como sinagogas, como uno en la ciudad septentrional de Trípoli y otro en la ciudad meridional de Sidón.