Un amigo mío me preguntó si los judíos sefarditas y judíos askenazí descienden de distintas tribus bíblicas. Para responderle tuve que remontarme a la época bíblica.
Inicialmente, la Biblia llamó “hebreos” a los que hoy son conocidos como judíos. La palabra “hebreos“, ivrim, deriva de avar, “cruzar” que posiblemente se refiere al hecho de que el patriarca Abraham cruzó el río Eufrates en su camino a Canaan.
Luego, la Biblia los llamó “israelitas”, bnei Israel, debido a que eran descendientes de Jacob a quien el ángel de D’os dio el nombre “Israel” por haber “luchado con D’os”, (Génesis 32:29).
En los libros, (Esther, Zacarías, Ezra y Nehemías), que cubren los últimos años de la época bíblica, (Siglo 6 AEC y 5 AEC), la Biblia ya no los llama hebreos ni israelitas, sino judíos, yehudim, nombre que perdura hasta hoy.
Según la Biblia, los israelitas descienden de Jacob, a través de sus doce hijos, cada uno de ellos antecesor de una tribu, excepto en el caso de José que, debido a sus dos hijos, fue antecesor de dos tribus. Por lo tanto, las doce tribus bíblicas son en realidad trece.
Las tribus de Yehuda, Benjamín y Simeón se establecieron en el sur del país. Los miembros de la tribu sacerdotal de Levi vivieron esparcidos entre ellos sin tener territorio propio.
Las otras nueve tribus se radicaron en el norte del país, y, a la muerte de Salomón, establecieron un reino separado llamado Israel.
Las tribus que quedaron en el sur continuaron siendo gobernadas por la dinastía del Rey David, y llamaron a su reino, Yehudah o Judah, debido a que la tribu de Yehudah era mayoritaria y absorbió a la tribu de Simeón y Benjamín. De allí viene la palabra yehudim, “judíos” en castellano.
El reino del norte fue conquistado por Asiria. Muchos de sus habitantes fueron enviados al exilio donde se asimilaron y se perdieron para la historia. Esas fueron las famosas “10 tribus perdidas” que en realidad solo fueron nueve.
Después de dos sangrientas rebeliones contra los romanos, Judea, como era su nombre en ese momento, se despobló. La mayor parte de la población judía que había sobrevivido las masacres romanas emigró a otros países, comenzando así el exilio que duró 2,000 años.
A los que radicaron en Sefarad, que es el nombre, hasta nuestros días, de España en hebreo, los llamaron “sefarditas”. Los que se establecieron en Europa Central fueron llamados askenazí, debido a que en esa época a Alemania le llamaban en hebreo Askenas.
Por lo tanto los judíos de hoy, tanto sefarditas como askenazí, descienden principalmente de la tribu de Yehuda, con excepción de los cohanim (sacerdotes) que descienden de la tribu de Levi. Durante el curso de los siglos, debido a conversiones al judaísmo, violaciones, etc., los judíos recibieron genes de otros pueblos.
Las diferencias entre sefarditas y askenazí son de mínima importancia y están desapareciendo a pasos agigantados en Israel. En mi propia familia, uno de mis yernos es hijo de un judío de Libia y de una madre rumana.
El otro yerno tenía un abuelo yemenita y una madre polaca. Mis nietos no tienen la menor idea si son sefarditas o askenazí.
Hay pequeñas diferencias en el culto, en el orden de las plegarias. Hay diferencias de tradición culinaria. Hay diferencia de acentos al pronunciar el hebreo, pero la victoria en este caso la ha tenido la pronunciación sefardí que fue adoptada por el hebreo moderno.
Las tribus de Israel fueron las siguientes, por orden del nacimiento de sus antecesores:
- Hijos de Jacob y Lea: Rubén, Simeón, Levi y Judah
- Hijos de Jacob y Bilha, la sirvienta de Raquel: Dan y Naftalí
- Hijos de Jacob y Zilpah, la sirvienta de Lea: Gad y Asher
- Hijos de Jacob y Lea: Isajar y Zebulún
- Hijos de Jacob y Raquel: José (los dos hijos, Efraín y Menashé, que tuvo con Osnat, su esposa egipcia, fueron antecesores de dos tribus) y Benjamín.
Mandel David