Haciendo florecer el desierto
“Israel brotará y florecerá, Israel llenará la superficie del mundo con frutos…” Isaías 27:6
La agricultura en Israel es el resultado de una larga lucha contra difíciles y adversas condiciones, y de haber aprovechado al máximo la escasez de recursos hídricos y tierra cultivable. Su éxito radica en la determinación y el ingenio de los agricultores y científicos que se han dedicado a desarrollar una agricultura floreciente en un país en el que más de la mitad de su superficie es un desierto, demostrando así que el valor real del suelo depende en gran medida de la manera en que es utilizado.
Aprovechando al máximo recursos limitados
La agricultura cumple un papel importante en la economía de Israel, representando actualmente casi un 2,5 por ciento del PNB y el 3,6 por ciento de las exportaciones. La proporción de trabajadores agrícolas dentro de la fuerza laboral es de aproximadamente 3,7 por ciento.
Israel produce el 95% de sus necesidades alimenticias, suplidas por la importación de granos, semillas oleaginosas, carne, café cacao y azúcar, que son financiadas con creces por la exportación de una amplia gama de productos agrícolas.
El desarrollo agrícola de Israel ha enfrentado siempre la escasez de tierra cultivable y agua. Más de la mitad de la superficie del país es semiárida y gran parte del resto se había convertido en baldío luego de siglos de deforestación, erosión y abandono. Cuando los judíos comenzaron a establecerse nuevamente en su patria histórica, a fines del siglo XIX, sus primeros esfuerzos fueron dirigidos a redimir la tierra. Los terrenos rocosos fueron despejados y se construyeron terrazas en las regiones montañosas; se drenaron los pantanos y se inició un proceso de reforestación sistemática; la erosión del suelo de loess de la planicie costera y del sur fue conrtarrestada y se lavó la tierra salobre para reducir la salinidad del suelo.
Desde que Israel obtuvo su independencia (1948), el área cultivada total aumentó de 165.000 hectáreas a alrededor de 435.000 hectáreas, y el número de comunidades agrícolas creció de 400 a 725. Durante el mismo período, la producción agrícola fue incrementada 16 veces, más que el triple del crecimiento de la población.
Los recursos hídricos renovables llegan a 1.600 millones de metros cúbicos al año, de los cuales alrededor del 75 por ciento es usado en la agricultura.El agua escasea constantemente. La temporada de lluvias dura solo denoviembre a abril, con una distribución desigual de la precipitación pluvial anual, que oscila entre 700 mm en el norte y menos de 50 mm en el sur.
Para superar los desequilibrios regionales de disponibilidad de agua, la mayoría de las fuentes de agua dulce del país han sido unidas en un Acueducto Nacional, una red integrada de estaciones de bombeo, cisternas, canales y tuberías que transportan el agua desde el norte, donde se encuentran la mayoría de las fuentes, a las áreas agrícolas del semiárido sur. Como resultado de esto, la cantidad de tierras regadas ha aumentado de 30.000 hectáreas en 1948 a cerca de 186.000 hectáreas hoy en día.
Para reducir el consumo de agua en la agricultura, se utilizan avanzadas técnicas que dirigen el flujo de agua directamente a la raíz de la planta, sistemas computarizados de riego e invernaderos. Además, se implementan programas para aumentar el potencial hídrico del país, especialmente en el campo de la siembra de nubes, la desalación del agua salobre y el reciclaje de las aguas servidas. La búsqueda de fuentes adicionales de agua ha llevado recientemente a la explotación de la enorme reserva de aguas subterráneas salobres en el desierto del Néguev, que han demostrado ser aptas para cierto tipo de cultivos.
La supervisión del suministro de agua del país incluye la fijación de cuotas de consumo de agua y precios, y la promoción de proyectos para optimar el abastecimiento. Recientemente fue introducido un programa de diez años que propone la reducción de la utilización de agua mejorada para la agricultura; la ampliación del uso de agua salobre purificada en ramos agrícolas específicos; la reducción de cultivos de gran consumo de agua que no obtienen altos rendimientos; el almacenamiento de agua de inundaciones; el desarrollo de técnicas de invernadero; y la desalación de agua de mar en gran escala.
El enfoque cooperativo
La mayor parte de la agricultura de Israel está organizada en principios cooperativos que surgieron en el país durante las primeras décadas del siglo XX. Motivados tanto por la ideología como por las circunstancias, los pioneros establecieron dos formas singulares de asentamiento agrícola: el kibutz, una comunidad colectiva en la que los medios de producción son propiedad común y el trabajo de cada miembro beneficia a todos; y el moshav, un poblado agrícola en que cada familia mantiene su economía doméstica propia y trabaja su propia parcela, mientras que las adquisiciones y el mercadeo se llevan a cabo en forma cooperativa. Ambas formas fueron el medio para cumplir el sueño de los pioneros de las comunidades rurales que se basaban en la igualdad social, la cooperación y la ayuda mutua. Su producción representa hoy en día cerca del 76 por ciento de la producción agrícola del país, así como muchos alimentos procesados, tanto para el mercado interno como para la exportación.
De aguacates a zanahorias
Las variadas condiciones climáticas, topográficas y de terreno de Israel le han permitido cultivar una amplia grama de productos agrícolas. Las cosechas de campo incluyen trigo, sorgo y maíz, mientras que el sector de frutas y verduras ofrece, entre otros, jugosos cítricos, cremosos aguacates (paltas), sabrosos kiwis, aromáticas guayabas y suculentos mangos de los huertos de la planicie costera; firmes y sabrosos tomates, pepinos, pimentones y calabacines, así como deliciosos melones, cultivados durante los moderados inviernos de los valles; dulces bananas y dátiles, cosechados en las áreas subtropicales; y crujientes manzanas, exquisitas peras y ciruelas, que maduran bajo el fresco aire de las montañas del norte.
El cultivo de viñedos, que comenzara como una empresa comercial a comienzos del siglo, se ha expandido para incluir variedades especiales para la producción de una amplia gama de vinos tintos y blancos que han ganado muchos premios.
De anémonas a zinnias
El sector floricultor produce una gran variedad de flores de alta calidad, así como un surtido de plantas aclimatadas al interior del hogar. Aunque las anémonas azules, rojas y violáceas florecen en invierno, y la primavera se anuncia con los narcisos, los iris y los guisantes de olor, las flores son cultivadas comercialmente a lo largo del año, muchas de ellas en invernaderos equipados con tecnologías computadorizadas. Nuevas variedades de vívidos colores y mayor resistencia, desarrolladas por medio de intensivas investigaciones, aumentan constantemente el ramo floral del país.
Aunque el cultivo de flores está destinado principalmente a la exportación, innumerables vendedores y tiendas en todo el país ofrecen flores, desde rosas, claveles y crisantemos hasta especies exóticas, desde las delicadas violetas africanas hasta las fragantes gardenias, para el público amante de las flores en Israel.
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