El hombre no fue creado dentro del Huerto, sino que desde afuera, fue traído al Huerto. Lo dice la Escritura en Génesis 2:15: “Tomó El Eterno Todopoderoso al hombre y lo estableció en el huerto de Edén para cultivarla y preservarla”.
Los colores con que he señalado algunas palabras tiene el propósito de que usted las pueda reconocer en las menciones que haré a continuación.
La palabra “Tomó” no transmite de forma precisa lo que dice en la Escritura. En la que se utiliza la expresión hebrea “ויקח”. Esta expresión no equivale a “tomar contra la voluntad”. Sino que alude a un acuerdo previo entre las partes. Esta expresión se pronuncia “vaiqáj”. Por ende involucra un conocimiento previo de las condiciones que rigen lo acordado y una aceptación voluntaria de ponerse uno bajo esas condiciones, en las que habrá requisitos y beneficios.
Encontramos también ésta expresión en el encuentro en el que Sarai acuerda con Hagar lo referente a un hijo para Avrám.
Génesis 16:3 “Tomó Sarai, esposa de Avram, a Hagar la egipcia, su sierva”…
En éste caso, por un tema de género la expresión es vertida en femenino: “ותקח – vatiqáj”.
Y ya que he mencionado los asuntos relacionados al «género» en el hebreo. En Génesis 2:15, tal y como lo he señalado con el color rojo, ocurre algo interesante.
La expresión Huerto en hebreo es vertida Ganáh [גנה] en Isaías 61:11 en género femenino. Sin embargo, en Génesis 2:15 aparece en masculino, Gan [גן].
No obstante, lo que pareciera un error gramatical y que he señalado con rojo, arroja luz sobre esta cuestión.
Ya que los verbos “cultivar” y “preservar” se encuentran en femenino, tal y como lo he señalado con el color rojo: “cultivarla” y “preservarla”. Por lo que, al parecer en el acuerdo previo a la introducción del hombre en el huerto, había implicaciones más allá de lo físico. Un conocimiento previo de Adam respecto de las condiciones tanto en el plano físico como [más aún] en lo espiritual.
Génesis 2:15: “Tomó El Eterno Todopoderoso al hombre y lo estableció en el huerto de Eden para cultivarla y preservarla”.
Dado que lo anterior en género femenino que es mencionado en relación con el hombre antes de la introducción en el Huerto es la Neshamá [Génesis 2:7], el “Hálito de vida” de las versiones en castellano. Esto nos viene a enseñar que al guardar los mandamientos del Eterno estamos preservando nuestra neshamá.