El presidente populista de México, Manuel López Obrador, anunció el lunes un plan que básicamente acabaría con cientos de centrales eléctricas.
Obrador presentó el lunes algunas reformas constitucionales importantes, que eliminarían los contratos que 34 centrales eléctricas privadas venden a la red, según el China Post.
Pero lo más sorprendente es que la reforma también calificaría de ilegales otras 239 plantas privadas que venden directamente a clientes corporativos en México.
El plan populista es solo el último de una serie de pasos que Obrador ha dado para restaurar el control federal sobre todo lo relacionado con la energía. Pero la reforma del sector energético del país ha resultado difícil hasta ahora.
Los ecologistas pueden discrepar de algunos aspectos del plan de Obrador, que situaría a las plantas privadas de gas natural de México casi en último lugar a la hora de vender electricidad a la red, solo por detrás de las plantas de carbón.
El proyecto de ley de Obrador debe ser aprobado por el Congreso. Si logra consolidar la mayoría de 2/3 necesaria, la empresa federal absorbería más del mercado dejado por el sector privado paralizado, retomando su lugar en el sector a pesar de sus ineficiencias de costes.
Para vender el plan al Congreso, Obrador ha utilizado España y los astronómicos precios de la electricidad como ejemplo de lo que puede ocurrir cuando el sector privado se hace cargo del mercado energético.
“Si no se aprueba esta reforma constitucional, estas empresas acabarán apoderándose de todo el mercado de la electricidad y nos ocurrirá lo que está ocurriendo ahora en España, donde las tarifas eléctricas están por las nubes”, dijo Obrador en defensa de su propuesta de reforma.
Se espera que el plan genere cierta resistencia legal por parte del sector privado si se aprueba el proyecto de ley.