Un año y dos meses después de que Irán utilizara misiles balísticos para atacar la enorme base de Al-Asad en Irak, donde se encuentran las tropas estadounidenses, se informó de que se dispararon una docena de cohetes contra la misma base.
Se trataría de un ataque inusual, ya que la base no suele ser objeto de ataques y, al parecer, el año pasado se le instaló una defensa aérea Patriot tras las amenazas iraníes. Un reciente reportaje de 60 Minutes detalló el trauma sufrido por los habitantes de la base en el ataque de enero de 2020.
El portavoz de la coalición liderada por Estados Unidos, el coronel Wayne Marotto, escribió en línea que un informe inicial dice que 10 cohetes apuntaron a una base militar iraquí que alberga tropas de la coalición el 3 de marzo. Las fuerzas especiales iraquíes están dirigiendo la respuesta, señaló.
Kurdistan24 y Rudaw, ambos medios de comunicación de la región autónoma del Kurdistán iraquí, informaron del ataque. Uno de ellos lo calificó de ataque “aparente”, mientras intentaba investigar la noticia en desarrollo. El informe de Rudaw decía que diez cohetes habían impactado en la base. También se citaron canales de Telegram como prueba de que las Fuerzas de Movilización Popular proiraníes habían estado vinculadas al ataque.
Fuentes de seguridad iraquíes fueron citadas en Arab News confirmando el ataque. Reuters, que también informó de la caída de cohetes, es aparentemente la fuente de las fuentes de seguridad iraquíes que confirman el incidente.
En los medios de comunicación iraquíes circuló una foto de un camión que mostraba el supuesto lanzador. Este parecía más grande que los habituales lanzacohetes de 107 mm utilizados por los paramilitares proiraníes para atacar a las fuerzas estadounidenses en los últimos dos años. Estos ataques han provocado víctimas en el pasado.
Un contratista fue asesinado en K-1 en diciembre de 2019 y varios miembros del personal de la coalición murieron en Camp Taji en marzo de 2020. El 15 de febrero murió un contratista y otros resultaron heridos en Erbil. En septiembre, se utilizó un lanzacohetes Grad 122 en las llanuras de Nínive para atacar también el aeropuerto de Erbil, donde se encuentran las fuerzas estadounidenses. El lanzacohetes utilizado recientemente, el 3 de marzo, parece ser un lanzacohetes más grande del tipo Grad de 122 mm. Los informes en línea parecen confirmar que los cohetes eran cohetes Arash-4 de fabricación iraní.
Un misterioso usuario de Twitter que suele informar de las amenazas y ataques respaldados por Irán antes de que se produzcan, escribió el 21 de febrero que podrían utilizarse cohetes de 107 mm contra la base de Al-Asad. Estados Unidos tomó represalias el 26 de febrero en Siria por el ataque con cohetes de Erbil y otro en Bagdad el 22 de febrero.
Las milicias proiraníes han atacado a las fuerzas estadounidenses decenas de veces desde mayo de 2019. Estados Unidos se retiró de media docena de bases en 2020 debido a las amenazas, consolidando las fuerzas en Al-Asad, Bagdad y Erbil.
No está claro por qué la defensa aérea de la base no interceptó los cohetes – y si lo hizo, estamos a la espera de vídeos y confirmación.