El gobierno de Biden emitió esta semana una advertencia a sus aliados en Oriente Medio para que no se opongan a las políticas estadounidenses y no busquen soluciones militares a los problemas de la región.
“No creemos que la fuerza militar sea la respuesta a los desafíos de la región, y no daremos a nuestros socios en Oriente Medio un cheque en blanco para que apliquen políticas contrarias a los intereses y valores estadounidenses”, dijo en un documento publicado en el sitio web de la Casa Blanca que resume sus intereses estratégicos globales.
El documento, titulado “Directrices provisionales de seguridad nacional”, se publicó en un momento en que Israel ha hablado cada vez más de la posibilidad de tener que utilizar la fuerza para impedir que Irán obtenga armas nucleares.
El jueves, el ministro de Defensa israelí, Benny Gantz, dijo que las Fuerzas de Defensa de Israel estaban actualizando un plan militar para atacar las instalaciones nucleares iraníes si fuera necesario.
Israel y el gobierno de Biden están en desacuerdo sobre la mejor manera de evitar que Irán se convierta en una potencia nuclear y de detener su apoyo regional y mundial a las actividades terroristas.
Aunque los dos aliados están de acuerdo en el objetivo final, el gobierno de Biden cree que la mejor manera de avanzar es volver a unirse al acuerdo con Irán de 2015, conocido como el Plan de Acción Integral Conjunto, diseñado para frenar las ambiciones nucleares de Irán. Israel cree que el acuerdo no hace más que envalentonar a Irán y dejarlo con la capacidad de convertirse en una potencia nuclear.
Israel y Estados Unidos también están en desacuerdo sobre la actividad de los poblados en Judea y Samaria, ya que Israel cree que tiene derecho a construir en un territorio que algún día formará parte del Israel soberano.
El gobierno de Biden cree que gran parte de ese territorio debería formar parte de las fronteras permanentes de un Estado palestino y sostiene que la actividad de asentamientos impide la reanudación de las negociaciones para una resolución del conflicto con dos Estados.
Pero EE.UU. no ha presentado un plan de paz para lograr una solución de dos Estados ni siquiera ha mencionado a los palestinos en su documento de objetivos estratégicos.
“Trabajaremos con nuestros socios regionales para disuadir la agresión iraní y las amenazas a la soberanía y la integridad territorial, desbaratar a Al Qaeda y las redes terroristas relacionadas e impedir el resurgimiento del ISIS”, declaró la administración Biden en el documento.
Estados Unidos, decía, también “abordaría las crisis humanitarias y redoblaría nuestros esfuerzos para resolver los complejos conflictos armados que amenazan la estabilidad regional”.
La administración Biden también se comprometió a no participar en guerras interminables, incluida la de Afganistán.
“En Oriente Medio, reduciremos nuestra presencia militar al nivel necesario para desbaratar las redes terroristas internacionales, disuadir la agresión iraní y proteger otros intereses vitales de Estados Unidos”, añadió.