EL CAIRO – Egipto ha ejecutado a siete personas condenadas por atentados islamistas en la última semana, según informaron el viernes activistas de derechos humanos.
Tres de los ejecutados habían sido declarados culpables de un atentado de 2016 reivindicado por el grupo Estado Islámico que dejó ocho policías muertos en Helwan, en la periferia sur de El Cairo, dijeron a la AFP fuentes judiciales y de seguridad.
Otros cuatro habían sido condenados a muerte por ataques contra la policía coordinados por los “Soldados de Egipto”, un grupo yihadista que llevó a cabo atentados entre 2014 y 2015, dijeron grupos de derechos.
Amnistía Internacional afirma que Egipto ha dictado cientos de condenas a muerte, y que en 2020 ejecutó 107, la tercera más alta del mundo.
El informe del viernes fue “la primera ronda de ejecuciones en los últimos seis meses”, dijo un representante de Human Rights Watch.
“Egipto es uno de los principales verdugos del mundo, y el número de ejecuciones aumenta cada año, principalmente en casos de violencia política”.
Tras la destitución militar del ex presidente islamista Mohamed Morsi por el mariscal convertido en presidente Abdel Fattah al Sisi en 2013, se produjeron una serie de atentados en Egipto por parte de yihadistas e islamistas, que mataron a decenas de funcionarios y fuerzas de seguridad.
Las autoridades lanzaron una represión que primero se dirigió a los islamistas antes de ampliarse para restringir todo espacio público para la disidencia.
“El gobierno de Sisi ha estado instrumentalizando el sistema judicial para reprimir y castigar a los opositores”, dijo el representante de HRW, añadiendo que los juicios a menudo “carecen de las garantías básicas del debido proceso y del juicio justo”.
En enero, Estados Unidos bloqueó el 10 por ciento de su ayuda militar a Egipto, citando preocupaciones sobre los derechos de los críticos del gobierno, grupos de la sociedad civil, periodistas y mujeres.
Sisi lanzó su propia “estrategia nacional” para los derechos humanos en septiembre, al tiempo que acusaba a los grupos internacionales de derechos de desconocer todo el espectro de “desafíos a los que se enfrenta el país”.