WASHINGTON (Reuters) – Los Estados Unidos dijeron el jueves que habían renovado una exención para que Irak importe electricidad iraní, esta vez por 60 días para permitir a Bagdad tomar “acciones significativas” para reducir su dependencia energética del vecino Teherán.
La exención seguirá eximiendo a Irak de las sanciones estadounidenses reimpuestas a Irán, lo que perjudica su economía dependiente del petróleo, después de que el presidente Donald Trump retirara a Washington del acuerdo nuclear de las potencias mundiales para 2015 con la República Islámica.
Washington ha extendido repetidamente la exención a Bagdad para que utilice suministros de energía iraníes cruciales para su difícil red eléctrica, generalmente por períodos de 90 o 120 días.
Las renovaciones por períodos más cortos, según los analistas, podrían ser un reflejo de las relaciones entre los dos países que han estado tensas por los repetidos ataques militantes contra las fuerzas estadounidenses estacionadas en Irak que Washington ha culpado a Irán, que lo niega.
“La exención asegura que Irak pueda satisfacer sus necesidades energéticas a corto plazo mientras toma medidas para reducir su dependencia de las importaciones de energía iraní”, dijo un funcionario del Departamento de Estado de Estados Unidos.
“Creemos que es posible que dentro de los 60 días el gobierno de Irak tome medidas significativas para promover la autosuficiencia energética”, dijo.
Estados Unidos ha insistido en que Irak, rico en petróleo, el segundo mayor productor de la OPEP, avance hacia la autosuficiencia como condición para su exención de importar energía iraní. Irak depende en gran medida del gas iraní para alimentar varias centrales eléctricas.
La administración Trump ha dicho que está decepcionada de que las fuerzas iraquíes no hayan podido proteger a las fuerzas estadounidenses estacionadas en Irak. Han sido objeto de múltiples ataques con cohetes solo este año, sobre los cuales Washington ha señalado con el dedo a la milicia apoyada por Irán que también apoya al gobierno chiíta de Irak.
Las relaciones entre Estados Unidos e Irán han sido amargas desde que la Revolución Islámica derrocó al Shá de Irán, apoyado por Estados Unidos, en 1979 y lanzó un gobierno teocrático. Las tensiones empeoraron después de que Trump abandonara el acuerdo nuclear aprobado por su predecesor Barack Obama.