Un mes y medio después de que una explosión masiva en Beirut causara una crisis en Líbano que vio caer al gobierno, la decisión de Francia de tratar de impulsar las reformas puede haber sido derrotada.
Los medios de comunicación regionales desde los Emiratos Árabes Unidos a Turquía se centran en lo que podría venir para el país. El primer ministro designado de Líbano, Mustapha Adib, renunció, según la agencia de noticias turca Anadolu. El presidente francés Emmanuel Macron dará una conferencia de prensa el domingo para discutir la situación.
Analistas libaneses citados en Al-Ain dijeron que Líbano podría dirigirse hacia el “caos” ya que Hezbolá y el movimiento Amal están impidiendo la creación de un nuevo gobierno. Francia ha tratado de mediar en Líbano, con Macron desempeñando un papel clave. Esto incluso incluyó reuniones con los miembros del parlamento libanés de Hezbolá. Los partidos políticos y las élites sectarias afianzadas en Líbano parecen haber tratado de frustrar los intentos de reforma de Francia.
Parece que Hezbolá y Amal habían buscado obtener el ministerio de finanzas como parte de la reforma. Esto pondría a Irán al timón del ministerio clave de Líbano. Líbano ya necesita 93 mil millones de dólares para salir de una crisis financiera. Irán ha usado a Líbano para el lavado de dinero y otras transacciones fraudulentas en el pasado.
Francia ha querido reducir la naturaleza sectaria del gobierno, pero en Líbano muchos ministerios están divididos como botín para varios grupos. Hezbolá ha aumentado su influencia en los últimos años, aunque solo tiene un puñado de miembros en el parlamento. Ha tratado de apoderarse del Ministerio de Salud y de otros puestos.
Tiene también un aliado en el presidente de Líbano, Michel Aoun. Según el acuerdo que rige Líbano como un Estado sectario, el presidente del país debe ser un cristiano y el primer ministro un musulmán suní. Este acuerdo se remonta a décadas atrás y también se consagró en los acuerdos de Taif que pusieron fin a la guerra civil y otorgaron al primer ministro suní el respaldo saudí. Pero Arabia Saudita ha perdido influencia en Líbano en los últimos años, e Irán y Turquía están ahora tratando de aumentar su influencia.
Por eso los medios de comunicación de los Emiratos Árabes Unidos están preocupados por el caos en el país. El caos alimenta el papel de Irán. Anadolu señaló que Adib se había rendido ante el fracaso de formar un gobierno.
“Me excuso de continuar la tarea de formar el gobierno”, mencionó.
Adib, exembajador en Alemania, había aceptado a finales de agosto la tarea de formar un nuevo gobierno después de que su predecesor, Hassan Diab, dimitiera.
Saad Hariri afirmó: “Los que se alegran de la caída de la iniciativa del presidente francés Emmanuel Macron se morderán los dedos en señal de arrepentimiento por haber desperdiciado una oportunidad excepcional de detener el colapso económico e iniciar reformas”.
Hariri es un exprimer ministro y también el hijo del exprimer ministro Rafic Hariri, quien fue asesinado por Hezbolá en 2005.
Líbano se encuentra en una encrucijada. Los Estados Unidos han presionado para que haya una mediación en las disputas marítimas entre Israel y Líbano. Hezbolá ha tratado de aprovechar el sentimiento anti-Estados Unidos. Washington sacó a un libanés-estadounidense del país a principios de este año y Hezbolá ha criticado al embajador de los Estados Unidos por interferir en el país. El grupo terrorista ha sugerido que China podría invertir en Líbano.
París ha buscado ahora jugar un papel más importante. Francia es la antigua potencia colonial. Los Estados Unidos sancionaron al exministro de finanzas, Ali Hassan Khalil, quien es miembro de Amal, a principios de setiembre, lo que también parece haber jugado un papel en el punto muerto. En cierto modo, la actual disputa sobre Líbano puede ser vista como una búsqueda de influencia entre Irán, los Estados Unidos, Turquía y Francia.