El ministro de Asuntos Exteriores de Irán, Javad Zarif, fue todo sonrisas durante un viaje a Turquía el viernes. Dijo que fue productivo y sonrió junto a su homólogo turco Mevlut Cavusoglu. Dijo que fue un viaje “maravilloso” en el que habló con su “hermano Cavusoglu”. El viaje es una señal de la creciente alianza que mantienen Turquía e Irán en la región.
Zarif dijo que “como antes, un compromiso constructivo en cuestiones bilaterales y regionales”. Objetivo final: aplicar la experiencia de 400 años de paz de Irán y Turquía a nuestra región. Juntos, todo es posible”.
Mientras tanto, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, se puso del lado de Rusia en el creciente enfrentamiento con Estados Unidos, criticando al presidente estadounidense Joe Biden, ampliamente odiado por el partido gobernante de Turquía.
Afirmó que los recientes comentarios de Biden sobre el presidente ruso Vladimir Putin eran inaceptables y “no propios de un presidente”.
Esto no es solo por el tono de los comentarios de Biden, en los que éste llamó a Putin “asesino”. El presidente y el régimen de Turquía suelen arremeter contra otros países y líderes, menospreciándolos y amenazándolos con insultos.
El mensaje de Ankara es que Rusia y Turquía están creciendo juntos como aliados y socios. Trabajan juntos en Siria, Libia y el Cáucaso. Su objetivo es suplantar la influencia de Estados Unidos y repartirse muchas zonas de Oriente Medio entre ellos.
Buscan controlar la violencia en estas zonas. Por ejemplo, Turquía consiguió que los rebeldes sirios, que luchaban contra el régimen sirio respaldado por Rusia, cambiaran su rumbo y lucharan contra los kurdos para que el régimen sirio pudiera prosperar. Luego, Turquía envió a los rebeldes a luchar a otros lugares para debilitar la rebelión. Diez años después del inicio del conflicto sirio, es sobre todo Turquía la responsable de dejar de lado la rebelión.
Ahora, entra Irán. Irán, Turquía y Rusia trabajan juntos en el proceso de Astana desde 2017 para gestionar Siria. Excluyen a Estados Unidos. El viaje de Zarif a Estambul es solo uno de los muchos en los que los homólogos turcos e iraníes trabajan juntos e ilustran sus cálidas conexiones.
Turquía quiere más comercio con Irán a través de enlaces ferroviarios y quiere trabajar con Teherán de otras maneras. De Rusia, Turquía quiere más S-400 y material militar.
Los medios de comunicación turcos ilustraron cómo están creciendo las relaciones. “Hakan Fidan, el jefe de la Organización Nacional de Inteligencia de Turquía, también asistió a la reunión, dijeron fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores bajo condición de anonimato”, informó Hurriyet en Turquía.
Un reciente acuerdo entre Bagdad y Erbil para la seguridad de la provincia de Sinjar y la intensificación del diálogo entre Turquía e Irak, con el objetivo de frenar la influencia del PKK en una región más amplia del norte de Irak y el este de Siria.
Mientras tanto, Turquía, Rusia y Qatar emitieron la semana pasada una declaración conjunta tras las conversaciones entre sus ministros de Asuntos Exteriores en Doha, en la que se comprometían a “defender la integridad territorial de Siria de acuerdo con la Carta de la ONU”, señala el informe.
Irán da la bienvenida a “cualquier iniciativa que alivie el dolor del pueblo sirio y logre la estabilidad y la paz en este país [Siria]”, dijo el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores iraní, Saeed Khatibzadeh, subrayando que las conversaciones de Astana entre Ankara, Moscú y Teherán fueron una de las iniciativas más exitosas para poner fin al conflicto sirio”.
Hace un mes se rumoreaba que Turquía e Irán podrían enfrentarse en Irak, pero ahora parece que los países han dejado de lado cualquier diferencia también en ese aspecto. Turquía quiere que Irán le ayude a luchar contra los kurdos, a los que acusa de formar parte del Partido de los Trabajadores del Kurdistán o PKK.
Turquía intenta prohibir los partidos de la oposición calificándolos de “terroristas” vinculados al PKK. Estados Unidos ha expresado su preocupación, pero Turquía espera poder modelar su régimen autoritario según Rusia e Irán. Está aprendiendo de Rusia sobre cómo tratar a los disidentes, ya que Rusia trató a Alexei Navalny.
Durante muchos años, Turquía diría una cosa a Moscú y a Teherán sobre la asociación, mientras que diría a los halcones de Irán de Washington que Turquía estaba “en contra de Rusia e Irán”.
Turquía movilizaría a sus fuertes grupos de presión de DC para impulsar narrativas sobre Turquía “luchando contra el terrorismo” a cómo Turquía estaba desafiando a Rusia e Irán “geopolíticamente”.
Sin embargo, la realidad es que Turquía siempre estuvo trabajando estrechamente con Rusia e Irán. Turquía inventó una amenaza “terrorista” imaginaria desde la región kurda de Afrin en 2018 para justificar una invasión. Incluso fingió estar luchando contra el ISIS cuando permitía el tránsito de familias del ISIS desde Raqqa a Idlib.
El líder del ISIS, Al-Baghdadi, fue encontrado a unos cientos de metros de la frontera turca en Idlib. El uso por parte de Turquía de sus grupos de presión para afirmar que se enfrentaba a Irán era solo un tema de conversación para la administración Trump.
Incluso después de la salida de la administración, algunos de los que estaban cerca de Turquía siguieron impulsando esta narrativa. Pero incluso Turquía afirma ahora que se ha distanciado de algunos activistas extremistas de los Hermanos Musulmanes en un intento de intentar arreglar las cosas con los Estados árabes de la región.
Este es el largo objetivo de Turquía para encontrar un acomodo con los estados de la región y reunir su alianza con Irán y Rusia para legitimar su continua ocupación de partes de Siria y bases en Irak.