Un grupo de mujeres afganas demasiado jóvenes para recordar el gobierno de los talibanes entre 1996 y 2001 están experimentando el mismo trauma que en su día contaron sus familiares después de que el grupo islamista retomara el control de Afganistán, lo que llevó a miles de personas a huir del país.
“Volvemos a la oscuridad”, dijo una de las estudiantes universitarias evacuadas a Qatar, que describió sentimientos de ansiedad y miedo y que, al igual que otras, se negó a dar detalles que pudieran identificarlas a ellas o a sus familias en su país por razones de seguridad.
“Son todas las historias que escuchábamos de nuestros padres y nuestros abuelos, y en ese momento era un cuento pero ahora es como si la pesadilla se hiciera realidad”, dijo una segunda mujer.
Las cuatro que hablaron con Reuters se encuentran entre los cientos de estudiantes afganos, en su mayoría mujeres, evacuados al estado árabe del Golfo.
La última vez que estuvieron en el poder, los talibanes aplicaron estrictamente su interpretación ultraconservadora del islam suní, que incluía la prohibición de que las mujeres fueran a la escuela o trabajaran.
Muchos dudan de las proclamas del grupo militante de que esta vez los derechos de las mujeres estarán protegidos en el marco del islam.
“Todo el mundo sabe lo dura y brutal que fue esa época”, dijo la segunda mujer a Reuters en un complejo residencial de la capital, Doha, que alberga a los evacuados, entre los que se encuentran personas de otras nacionalidades.
Dijo que no creía que hubiera suficientes maestras en Afganistán para las clases segregadas por género en las que insisten los talibanes.
El grupo de mujeres dijo que los valores de los talibanes les eran ajenos y que no volverían a Afganistán mientras el grupo ejerciera el control, incluso bajo un gobierno de reparto de poder.
“Siento que ya no pertenezco a este país y que no puedo recuperar mi país porque la situación empeora día a día”, dijo la tercera mujer.
“Hemos tardado 20 años en construir nuestro país y… ahora todo se ha derrumbado”, añadió otra mujer.
La tercera mujer dijo que trató de llevar un trozo de tierra con ella, pero se lo dejaron en el equipaje en el aeropuerto de Kabul. Ahora lo único que le recuerda a Afganistán es su pasaporte.
No sabe dónde se instalará, pero dice que está decidida a hacer todo lo posible para encontrar un nuevo hogar y completar sus estudios.
“Haré todo lo que pueda hacer… porque no veo el futuro dentro (de Afganistán)”.