BEIRUT, Líbano – El Líbano quiere entablar conversaciones para demarcar su frontera marítima con Siria, de modo que pueda comenzar la extracción de gas en alta mar después de alcanzar un acuerdo similar con Israel, dijo su principal negociador a la AFP.
El mes pasado, a pesar de que los países permanecen técnicamente en estado de guerra, Israel y Líbano alcanzaron un acuerdo sobre la frontera marítima con la mediación de Estados Unidos que potencialmente abrirá lucrativos yacimientos de gas en alta mar.
Beirut desea ahora definir sus fronteras marítimas con Siria, al norte, y Chipre, al oeste, para consolidar sus derechos en alta mar.
“El gobierno libanés debe comprometerse directa y públicamente con el gobierno sirio… y demarcar públicamente nuestras fronteras marítimas”, dijo Elias Bou Saab en una entrevista el martes.
“Cualquier gobierno futuro debe emprender esta tarea y anteponer el interés de Líbano”, insistió, al tiempo que “deja los conflictos políticos regionales fuera de este asunto”.
Siria, que en su día tuvo el control de los asuntos de Líbano, se ha negado repetidamente a delimitar las fronteras terrestres y marítimas con su vecino.
Según Bou Saab, la zona marítima en disputa entre Líbano y Siria es “quizás más de 800 kilómetros cuadrados (310 millas cuadradas)”.
Podría ser “mayor que la zona disputada con Israel”, añadió.
Líbano no puede iniciar la exploración de gas en la parte norte de las aguas de su costa mediterránea sin resolver primero su disputa fronteriza con Siria, dijo Bou Saab.
Y Líbano también necesita un acuerdo con Siria para poder trazar su Zona Económica Exclusiva (ZEE) con Chipre.
La presidencia libanesa anunció a finales de octubre que una delegación viajaría a Damasco para discutir el asunto, pero el viaje no se realizó.
El embajador de Siria en Beirut, Ali Abdel Karim Ali, habló de “confusión” en torno a la fecha.
Pero Bou Saab, vicepresidente del Parlamento y cercano al presidente saliente Michel Aoun, dijo que Siria tenía “exigencias y reservas”.
Funcionarios de seguridad y políticos libaneses han realizado varias visitas a Siria en los últimos años, pero casi exclusivamente a título personal o en nombre de partidos políticos que apoyan al dictador Bashar al-Assad, incluido el poderoso grupo terrorista Hezbolá, apoyado por Irán.
El grupo terrorista chiíta ha combatido junto a las fuerzas de Assad desde las primeras fases del conflicto.
Las autoridades libanesas apuestan por los posibles ingresos de las reservas energéticas del país en alta mar para intentar reactivar su devastada economía, sumida en la crisis desde 2019.
Pero Líbano lleva sin presidente desde principios de mes, con los legisladores incapaces de acordar un sucesor.