Los vencedores en Kabul serán los que se beneficien de que los talibanes tomen el poder. También serán los que se beneficien o vitoreen cuando Estados Unidos parezca humillado.
Entre esos “ganadores” están Qatar, Rusia, China, Pakistán, Turquía e Irán. Esto puede verse de varias maneras. La mayoría de estos países acogieron a los talibanes o los respaldaron tácitamente. Otros, como Turquía, han intentado tener un papel en el Afganistán post-estadounidense.
Los medios de comunicación iraníes están llenos de historias en las que se argumenta que los talibanes no exportan el extremismo ni amenazan a nadie y que Irán siempre ha ayudado al pueblo afgano. El funcionario iraní Ali Shamkhani, por ejemplo, ha hecho declaraciones positivas sobre el papel de Irán en Afganistán.
Mientras tanto, la cadena qatarí Al Jazeera estaba presente para mostrar a los talibanes tomando el palacio presidencial de Kabul. Al parecer, Qatar tenía conocimiento previo de los planes de los talibanes, ya que Doha ha acogido a los talibanes durante años.
Qatar tiene una gran base militar estadounidense, pero siempre ha apoyado a los extremistas religiosos, incluidos Hamás y los Hermanos Musulmanes, y ha dado un trato de alfombra roja a los talibanes. Esta es una gran victoria para Qatar, y la utilizará para influir en todo Oriente Medio.
Mientras que Qatar y Turquía se benefician por sus vínculos con los grupos islamistas y el respaldo general a los movimientos islámicos de extrema derecha, Irán se beneficia de ver a Estados Unidos fuera de sus fronteras. Irán también quiere que Estados Unidos se vaya de Irak y utilizará el caos afgano para empujarle a salir también de Irak.
Turquía trabajará con Rusia e Irán en Siria para intentar que Estados Unidos se vaya. Todos estos países están de acuerdo en que quieren que Estados Unidos se vaya de la región.
Tanto Rusia como China han acogido a delegaciones de talibanes en los últimos años y meses. Quieren tener canales abiertos con los talibanes y considerar reconocerlos como el nuevo gobierno. Esto es importante en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Con el respaldo de Rusia y China, los talibanes pueden conseguir la influencia internacional que necesitan y obtener finalmente un reconocimiento más amplio.
Las reuniones entre funcionarios talibanes y enviados rusos de esta semana, de las que se ha informado, son importantes.
“El embajador ruso en Afganistán, Dmitry Zhirnov, se reunirá el martes con el coordinador de la cúpula del movimiento talibán [proscrito en Rusia] para hablar de cómo garantizar la seguridad de la embajada rusa, dijo en una entrevista el enviado presidencial ruso a Afganistán, Zamir Kabulov”, informó la agencia rusa de noticias TASS.
“Nuestro embajador está en contacto con representantes de la dirección de los talibanes”, dijo. “Mañana, como me ha dicho hace apenas 10 minutos, se reunirá con el coordinador de la dirección talibán para garantizar la seguridad, incluida nuestra embajada”.
El embajador ruso discutirá con el representante talibán los detalles de la protección exterior de la misión diplomática de la Federación Rusa, dijo Kabulov.
Esto significa que Rusia podría considerar el reconocimiento de los talibanes en una fecha futura. Rusia podría ayudar a poner el viento en las velas de los talibanes.
Pero Rusia tiene sus propios antecedentes en Afganistán. Ha observado que el gobierno afgano respaldado por Estados Unidos ha caído rápidamente. Rusia quiere asegurar también Asia Central, incluido su flanco sur.
Eso significa que el caos de Afganistán no debe extenderse. Querrá trabajar con China, Pakistán, Turquía e Irán para asegurarse de que los talibanes sean contenidos y lleguen al poder de forma estable.
Todos estos países tienen intereses comunes. Quieren que Estados Unidos se vaya de la región. Quieren que Estados Unidos sea humillado. También quieren compartir los recursos energéticos y minerales que puedan pasar por Afganistán. Esta es su invitación para ayudar a que el declive de EEUU y de Occidente sea más rápido.
Estos países tienen agendas ideológicas diferentes. Turquía, Pakistán y Qatar tienen una visión islámica del mundo de extrema derecha. Han querido trabajar con Malasia e incluso con Irán en nuevos conceptos sobre un sistema islámico de comercio o programas de televisión para hacer frente a la “islamofobia”.
Turquía y Qatar forman un eje que respalda a la Hermandad Musulmana, y como tal, ha habido vítores en Siria y la Franja de Gaza con respecto a la toma de posesión de los talibanes. China y Rusia tienen otras ideas sobre cómo esto puede beneficiarles en la escena mundial.
Por el momento, la debacle de Afganistán supone un importante revés para Estados Unidos a nivel mundial en términos de imagen y de la percepción de que los sistemas respaldados por Estados Unidos suelen ser tan débiles y temporales como la hierba que reverdece con la primavera y se marchita con el otoño.