La monarquía de Qatar ha financiado presuntamente la entrega de armas al movimiento terrorista mundial Hezbolá, un contratista de seguridad privada, que afirma haber trabajado para organismos de inteligencia occidentales, así como un consultor del Estado del Golfo, ha declarado al Jerusalén Post.
El contratista de seguridad privada, Jason G., señaló que penetró en el negocio de adquisición de armas de Qatar como parte de una aparente operación encubierta. Declaró a The Post esta semana que un “miembro de la familia real” autorizó la entrega de material militar a la entidad terrorista designada por los Estados Unidos y la UE, Hezbolá, en Líbano.
Un expediente proporcionado por Jason G. documentó el supuesto papel desempeñado desde el 2017 por un miembro de la familia real de Qatar en un amplio plan de financiación del terrorismo.
La organización libanesa Hezbolá es una milicia chiíta sustituta iraní, establecida por el Cuerpo de Guardias Revolucionarios Islámicos de Teherán (CGRI) en Líbano en 1982. Sigue dependiendo de la financiación y el apoyo iraníes.
Abdulrahman bin Mohammed Sulaiman al-Khulaifi, embajador de Qatar en Bélgica y en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), supuestamente trató de pagar a Jason G. 750 mil euros para silenciar el papel del régimen de Qatar en el suministro de dinero y armas a la organización chiíta libanesa.
Jason G. mencionó que en una reunión de enero del 2019 con al-Khulaifi en Bruselas, el enviado indicó: “Los judíos son nuestros enemigos”.
Jason G., que usa un alias para protegerse de las represalias qataríes, manifestó que su objetivo era que “Qatar dejara de financiar a los extremistas”. Las “manzanas podridas deben ser sacadas del barril y Qatar formar parte de la comunidad internacional”, añadió.
El Dr. Azmi Bishara, un exparlamentario árabe israelí que fue acusado de ayudar a Hezbolá en su guerra contra Israel en el 2006, encontró refugio y patrocinio real (e inmunidad de enjuiciamiento) en Doha.
A raíz de las nuevas revelaciones, destacados políticos europeos instaron esta semana a tomar medidas enérgicas y rápidas contra el presunto apoyo de Qatar a la financiación del terrorismo y a Hezbolá.
Nathalie Goulet, senadora francesa que dirigió una comisión que investiga las redes jihadistas en Europa y que es autora de un informe para la OTAN sobre la financiación del terrorismo, anunció a FoxNews.com: “Debemos tener una política europea con respecto a Qatar y especialmente tener cuidado con su financiación del terrorismo. Bélgica debe pedir a la UE una investigación y congelar todas las cuentas bancarias de Qatar mientras tanto”.
Continuó diciendo: “Tenemos que establecer una política general con una advertencia especial y una política prudente para prevenir cualquier financiación del terrorismo, especialmente de países como Qatar o Turquía” que están apoyando a la Hermandad Musulmana y su peligrosa ideología antisemita.
Ian Paisley Jr., miembro del Parlamento Británico que sigue la pista de la financiación del terrorismo, explicó que la conducta del régimen de Qatar “esbozada es indignante y el gobierno tanto en el Reino Unido como en Bélgica debe actuar con decisión”. Estas acusaciones son muy graves, sobre todo teniendo en cuenta que el embajador es embajador de la OTAN, y esto debe ser investigado y se deben tomar las medidas adecuadas.
“Hezbolá es un grupo terrorista proscrito en Gran Bretaña y trabajar con ellos no puede ser tolerado. Mañana me pondré en contacto con el Secretario de Relaciones Exteriores del Reino Unido y le pediré que investigue estas acusaciones y haga representaciones al embajador”, señaló Paisley.
El Dr. Efraim Zuroff, el jefe de los cazadores de Nazis de la organización de derechos humanos de los Estados Unidos, el Centro Simon Wiesenthal, mencionó que el supuesto papel de Qatar en la financiación de los terroristas de Hezbolá “requiere una acción rápida contra los implicados y la expulsión inmediata del embajador de Qatar”.
Según Jason G., dos organizaciones benéficas qataríes proporcionaron dinero a Hezbolá en Beirut “bajo el disfraz de comida y medicina”. Nombró a las organizaciones involucradas como la Asociación Caritativa del Jeque Eid Bin Mohammad Al Thani y la Fundación Educación por encima de todo.
Jason G., que afirma haber trabajado para varios servicios de inteligencia, manifestó que su expediente fue visto por altos funcionarios de la inteligencia alemana. El semanario alemán Die Zeit informó el mes pasado que el expediente de Jason G. podría alcanzar los 10 millones de euros. Esto no ha sido verificado por el Post.
Los sistemas financieros y de caridad de Qatar se han visto envueltos en otros supuestos planes de financiación del terrorismo. El Washington Free Beacon informó en junio de que en una demanda presentada en la ciudad de Nueva York se afirmaba que instituciones qataríes, entre ellas Qatar Charity (antes conocida como Qatar Charitable Society) y el Banco Nacional de Qatar, financiaban organizaciones terroristas palestinas.
Entre los demandantes en la causa figuraba la familia de Taylor Force, veterano militar estadounidense asesinado por la organización terrorista suní palestina Hamás en el 2016.
“Qatar se apropió de varias instituciones que domina y controla para canalizar los codiciados dólares estadounidenses (la moneda elegida por las redes terroristas de Medio Oriente) a Hamás y a la Jihad Islámica Palestina (PIJ) bajo la falsa apariencia de donaciones caritativas”, se lee en la demanda.
En el 2014, el Ministro de Desarrollo alemán Gerd Müller acusó a Qatar de financiar a los terroristas del Estado Islámico. “Este tipo de conflicto, este tipo de crisis siempre tiene una historia. Las tropas del ISIS, las armas son hijos perdidos, con algunos de ellos de Irak”, mencionó el ministro a la emisora pública alemana ZDF.
“Tienes que preguntar quién está armando, quién está financiando las tropas del ISIS. La palabra clave allí es Qatar, y cómo tratamos con estas personas y estados políticamente,” añadió Müller.
El entonces embajador israelí ante la ONU, Ron Prosor, escribiendo en la sección de opinión del New York Times en el 2014, calificó a la monarquía qatarí, rica en energía, como un “Club Med para terroristas”.