El ministro de Asuntos Exteriores de Qatar, el jeque Mohammed bin Abdulrahman Al-Thani, descartó el miércoles la posibilidad de que el Estado del Golfo normalice sus relaciones con Israel.
Al-Thani declaró en una entrevista al sitio de noticias Axios que, aunque Doha había mantenido anteriormente lazos con Israel “cuando había perspectivas de paz” con los palestinos, “perdió la esperanza” tras la guerra de Gaza de 2008-2009.
Dijo que Qatar continuaría lo que llamó su “relación de trabajo” para ayudar a los palestinos, pero que le parecía poco realista llegar a un acuerdo con Israel como el de Emiratos Árabes Unidos o Bahrein “en ausencia de un compromiso real con una solución de dos estados”.
Con la aprobación de Israel, Qatar ha proporcionado periódicamente millones de dólares en efectivo a los gobernantes de Hamás en Gaza para pagar el combustible de la central eléctrica de la Franja, financiar proyectos de infraestructura y proporcionar ayuda a decenas de miles de familias gazatíes.
Doha también contribuía a los salarios de unos 50.000 empleados del gobierno de Hamás hasta el último estallido con Israel en mayo, enviando maletas de dinero en efectivo al territorio a través de Israel.
El nuevo gobierno israelí, que tomó posesión al mes siguiente, se comprometió a poner fin a este acuerdo.
Con las conversaciones nucleares entre Occidente e Irán aún en suspenso, Al-Thani dijo que Qatar estaba trabajando duro para “salvar cualquier brecha” en las negociaciones indirectas entre Washington y Teherán, añadiendo que estaba “muy preocupado” por el hecho de que las negociaciones acabaran en fracaso, y que “no queremos ver una carrera nuclear en nuestra región”.
La posición de Qatar como intermediario diplomático regional ha provocado tensiones con sus vecinos, debido a sus conexiones con Irán y con grupos extremistas como los Hermanos Musulmanes y los talibanes.
Enfadados por ello, Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos, Bahréin y Egipto rompieron sus lazos con Qatar a mediados de 2017, sellando su espacio aéreo a los vuelos qataríes, cerrando la única frontera terrestre de Qatar y expulsando a los ciudadanos qataríes. La medida acercó a Qatar a Turquía e Irán, que se apresuraron a apoyar a la pequeña pero rica nación mientras sorteaba el asalto diplomático.
El enfrentamiento regional concluyó a principios de este año con un acuerdo firmado por los líderes árabes en Arabia Saudita. Finalmente, Qatar no cedió a la lista de exigencias del cuarteto, que incluía el cierre de su canal de noticias Al Jazeera y la entrega de los islamistas buscados que residen en el exilio.
Qatar también se ha convertido en un aliado más cercano a Estados Unidos, y el presidente Joe Biden anunció el año pasado que designaría al Estado del Golfo como uno de los 17 principales aliados no pertenecientes a la OTAN, lo que daría al país beneficios especiales en materia de comercio de defensa y cooperación en materia de seguridad.
Esta medida fue considerada por muchos como un cambio respecto a la administración de su predecesor, que favorecía a Arabia Saudita y a los EAU.