Un alto político libanés cristiano acusó el miércoles a su rival Hezbolá y a sus aliados de trabajar para aplazar las elecciones parlamentarias previstas para marzo por temor a las pérdidas electorales, advirtiendo que tal medida condenaría al Líbano a una “muerte lenta”.
Los donantes occidentales de los que depende el Líbano dijeron que la votación debe seguir adelante. Políticos de todos los bandos, incluido el musulmán chiíta Hezbolá, han dicho en repetidas ocasiones que debe celebrarse, para no asestar un nuevo golpe a la posición del país.
Pero Samir Geagea, líder de las Fuerzas Libanesas y aliado de Arabia Saudita, señaló a Hezbolá y a su aliado, el Movimiento Patriótico Libre del presidente libanés Michel Aoun, por intentar retrasarlo.
“Están casi seguros de que perderán su mayoría parlamentaria”, dijo Geagea a Reuters en una entrevista en su residencia en las montañas que dominan la ciudad costera de Jounieh.
El diputado de Hezbolá, Ibrahim Moussawi, respondió a los comentarios de Geagea diciendo que eran “mentiras” y “calumnias”, en una declaración publicada en la Agencia Nacional de Noticias estatal.
Hezbolá está firmemente a favor de la celebración de elecciones “en las fechas constitucionales previstas”, según el comunicado.
Aoun dijo a principios de este mes que no firmaría una autorización para que la votación, aprobada por el Parlamento, se celebrara el 27 de marzo, ya que la fecha era demasiado temprana.
Cuando se le preguntó si un aplazamiento conduciría a más combates tras los enfrentamientos del mes pasado entre las Fuerzas Libanesas y Hezbolá, Geagea dijo: “No a combates, sino a más muertes lentas”.
“Con la forma actual de las cosas, las instituciones del Estado -y por tanto el Estado- se está desintegrando día a día”, dijo.
Líbano no dispone de sondeos de opinión fiables, pero si se celebran las elecciones, se espera que el partido de Geagea gane, y que el Movimiento Patriótico Libre pierda escaños, lo que podría arrebatar a Hezbolá su mayoría.
Sin unas elecciones que agiten el parlamento “veremos más de lo mismo”, dijo Geagea. Según Naciones Unidas, la crisis económica ha dejado a casi el 80% de la población en la pobreza.
El gobierno libanés, formado por la mayoría de los partidos políticos en septiembre tras un periodo de parálisis política de 13 meses, no se ha reunido en casi 50 días en medio de la presión de Hezbolá y sus aliados para destituir al juez que investiga la mortífera explosión del puerto de Beirut en agosto de 2020.
Además del peligro económico, Líbano se enfrenta a una ola de ira de los países árabes del Golfo después de que un destacado locutor convertido en ministro criticara duramente a Arabia Saudita, en una disputa que ha tensado aún más los lazos de Beirut con sus otrora generosos benefactores.
Geagea, que mantenía un estrecho contacto con el embajador saudí en Beirut, afirmó que la creciente influencia de Hezbolá era el principal problema detrás de la ruptura, que perjudica a la economía libanesa.
“Vemos a Arabia Saudita y al Golfo como pulmones económicos para Líbano”, dijo.