Arabia Saudita ha declarado que no permitirá la entrada de frutas y verduras libanesas en el país, alegando que se utilizan cada vez más para el contrabando de drogas. La prohibición entró en vigor el domingo y se mantendrá hasta que Líbano pueda garantizar que ha hecho lo necesario para evitar el tráfico de drogas.
También el domingo, Arabia Saudita frustró un intento de contrabando de millones de pastillas de captagon -una droga anfetamínica- en un cargamento de granadas que llegaba desde el Líbano. Al parecer, el cargamento procedía de Siria y se enviaba posteriormente desde el Líbano.
El embajador saudí en Líbano, Waleed A. Bukhari, tuiteó que las cantidades de droga descubiertas con las granadas eran “suficientes para ahogar a todo el mundo árabe en drogas y sustancias psicotrópicas, no solo a Arabia Saudita”.
El lunes, el gobierno libanés pidió a los saudíes que reconsideraran la prohibición.
La prohibición del reino ha golpeado al Líbano mientras se ahoga en una de las peores crisis de su historia. El país, que soportó y sobrevivió a 15 años de guerra civil entre 1975-1990 con efectos devastadores, se ve ahora aplastado bajo el doble peso de la disfuncionalidad política y una situación económica catastrófica. Y COVID-19 no está ayudando.