El miércoles, el presidente ruso, Vladimir Putin, mencionó a sus homólogos de Turquía e Irán que era necesario un diálogo pacífico entre las fuerzas opuestas en la guerra civil de Siria.
Putin también manifestó al turco Tayyip Erdogan y al iraní Hassan Rouhani, en una videoconferencia televisada, que todavía existen focos de terrorismo en la provincia de Idlib y otras regiones de Siria.
“Se debe promover activamente un diálogo dentro de Siria inclusivo en el marco del comité constitucional de Ginebra. Propongo apoyar este proceso, para ayudar a los participantes a reunirse e iniciar un diálogo directo”, señaló Putin.
En la guerra de Siria, que ya lleva nueve años, Rusia e Irán son los principales partidarios extranjeros de las fuerzas del presidente Bashar al-Assad, mientras que Turquía respalda a los combatientes de la oposición. En un proceso diplomático que se remonta al 2017, acordaron trabajar para reducir los combates.
En una declaración conjunta publicada por el Kremlin, Rusia, Turquía e Irán “expresaron la convicción” de que la guerra de Siria no tiene una solución militar y solo debe resolverse mediante un proceso político.
También acogieron con beneplácito una reunión del comité constitucional sirio en agosto.
Aparte de la cuestión siria, los tres países acordaron promover su cooperación económica, según el documento.
Después de que el empeoramiento de la violencia desplazara a casi un millón de personas, Turquía y Rusia acordaron en marzo detener las hostilidades en la región Idlib del noroeste de Siria. Este mes, aviones militares bombardearon aldeas en la zona controlada por los rebeldes.
Erdogan también afirmó en la videoconferencia que la prioridad para Siria es una solución duradera al conflicto, “el logro de la calma sobre el terreno y la protección de la unidad política y la integridad territorial de Siria”.
“Seguiremos haciendo todo lo posible para que nuestro país vecino, Siria, encuentre pronto la paz, la seguridad y la estabilidad”, concluyó.