Un grupo de inversores rusos visitó Afganistán para discutir proyectos conjuntos con los islamistas talibanes que tomaron el poder en el país.
Según el Moscow Times, Inamullah Samangani, representante oficial de los talibanes, informó sobre la reunión con la delegación de Rusia.
Según él, los rusos se reunieron con el viceprimer ministro talibán Abdul Salam Hanafi y discutieron la posibilidad de producir petróleo y gas, la construcción de refinerías de petróleo, así como la producción de cemento y aleaciones.
Los talibanes afirman que uno de los inversores llamado Alexander “expresó su interés” en invertir en estos sectores de la economía afgana.
A finales de agosto, una semana y media después de la caída del gobierno de Ashraf Ghani, el embajador ruso en Kabul, Dmitry Zhirnov, afirmó que los talibanes estaban interesados en las inversiones rusas.
“Los talibanes están abiertos a nuestra participación en la economía, incluido el desarrollo de los recursos minerales”, dijo Zhirnov, quien añadió que con el arrtival del nuevo gobierno en Kabul, había más orden, los drogadictos y los gamberros desaparecieron.
Según Bloomberg New Energy Finance, los recursos minerales de Afganistán pueden valer alrededor de un billón de dólares.
El país tiene unos 60 millones de toneladas de cobre, 2.200 millones de toneladas de mineral de hierro, 1,4 millones de toneladas de metales de tierras raras, como lantano, cerio y neodimio, y posiblemente las mayores reservas del mundo de litio, un componente clave para la producción de baterías de iones. También se cree que Afganistán tiene reservas de aluminio, oro, plata, zinc y mercurio.
El artículo 205 del Código Penal de la Federación Rusa prohíbe proporcionar ayuda para actividades terroristas, incluida la financiación del terrorismo, recuerda el Moscow Times. Entre otras cosas, la prestación de servicios financieros “a un grupo organizado creado para cometer al menos uno de estos delitos” puede considerarse como tal asistencia según el Código Penal ruso.